AFAM

Blog

Una fe tamaño XS

Suficiente para mover montañas


  • Compartir:

Por Lía Treves

Momentos en la presencia de Dios proporcionan una fe sin límites (Foto: Shutterstock)

Recientemente noté que en mis conversaciones con Dios cometía un gran error: cada vez que lo buscaba, era como último recurso. Al enfrentar alguna dificultad, terminaba pidiendo perdón por mi fe tan pequeña. Lo más interesante es que, al recurrir a él, mis problemas quedaban resueltos. Solo que, siempre, antes de tener esa solución, ya había sufrido con una gran carga emocional de estrés y angustia. ¿Cuántas preocupaciones podría haber evitado si hubiera buscado a Dios en primer lugar?

Lo que aprendí con el tiempo es que no es necesario tener una fe del tamaño XL; una de tamaño XS es suficiente para mover el corazón de Dios en mi favor. Cristo mismo lo dijo: “si tuviereis fe como un grano de mostaza, diréis a este monte: Pásate de aquí allá, y se pasará; y nada os será imposible” (Mateo 17:20).

Aunque pequeña, la fe nos proporciona una experiencia con Dios que transforma nuestra vida, porque obtenemos “amor, gozo, paz, paciencia, benignidad, bondad, fe, mansedumbre, templanza” (Gálatas 5:22, 23).

Mi momento especial con él

Los humanos somos “seres de hábito”; nuestra vida está regida por actos repetitivos y rutinas que a su vez forman nuestro carácter. Un ejemplo de eso es cuando recibimos una buena noticia, o cumplimos un año de vida, y queremos celebrar ese hecho reuniendo a las personas que amamos más y hacemos algo que nos produce alegría. Cuando queremos recompensar a nuestros hijos por un logro o por un buen comportamiento, los llevamos a un lugar que a ellos les gusta o les damos algún regalo. Cuando queremos enfatizar el amor que sentimos por nuestro cónyuge, organizamos la “noche de la pareja”, con acciones que van desde la preparación del ambiente hasta el programa, con detalles que hacen el momento de intimidad especial e inolvidable.

Todas esas rutinas y acciones nos ayudan a practicar la atención plena. Y no podría ser de otra forma, ya que nos preparamos con anticipación para aprovechar el momento y ver en los ojos de los que amamos el reflejo de ese amor. Pero, cuando queremos demostrar a Dios nuestro amor por él ¿qué rutinas o acciones adoptamos para ese momento trascendente? ¿Cómo nos preparamos para entrar conscientemente en su presencia y verla reflejada en cada detalle de nuestro día?

Muchas veces sucede que entramos en su presencia apurados y sin preparación, solo intentando cumplir el compromiso de comunión diaria para calmar nuestra conciencia. Entonces, a lo largo del día, no podemos notar los detalles de su amor, hasta porque nos pesa estar conscientes de él y no le retribuimos. La buena noticia es que Dios nos conoce muy bien. Él sabe lo que sentimos, sabe que nuestra fe es pequeña y, aun así, nos espera con los brazos abiertos.

Amiga, ¿qué le parece ejercitar una nueva rutina para aprovechar la compañía de nuestro maravilloso Dios todas las mañanas? ¿qué le parece hacer eso de mindfulness y disfrutar de los beneficios de permanecer en su presencia a lo largo del día, manteniendo una fe firme, aunque XS? Si usted ya tiene un hábito de comunión, ¿qué le parece cambiar algunos detales para renovar la relación con Dios?

Ya estoy renovando mis hábitos y rutinas para aumentar el tamaño de mi fe. Claro que es algo muy personal; cada uno de nosotros experimenta eso de una forma particular en la mente y corazón, pero algunos elementos son esenciales. Usted puede implementar su hábito de la forma como prefiera, usando los elementos que tienen más sentido para usted, siempre buscando estar conscientemente presente en su encuentro con Dios.

Mi consejo para usted

 

Aquí van algunos materiales que usted puede usar en ese momento: Biblia, lección de la Escuela Sabática, meditación matinal, diario de oración, libros complementarios, lápiz, marcadores, adhesivos, post it, etc. También puede reservar un tiempo específico en la agenda para la comunión y puede preparar el ambiente con velas, aromatizador, flores y alfombra, música suave, luz débil, etc. En cuanto a las actitudes para este momento, usted puede pedir la unción del Espíritu Santo, expresar gratitud y adoración, dialogar abierta y sinceramente, practicar el silencio para reflexión y adoptar el ejercicio de la contemplación trascendente.

            Le aseguro que un momento así, en la presencia de Dios, preparado con atención y vivido con exclusividad y consciencia, le proporcionará una fe que puede comenzar en tamaño XS y crecer sin límites.

            Pero, recuerde: con fe, aunque sea pequeña, nada será imposible para usted. _______________________________________________


Lía Ivana Treves / Educadora y máster coach en inteligencia espiritual

  • Compartir:
Artículo anterior
Artículo siguiente