Iglesia Adventista del Séptimo Día – Institucional

Sobre el nombre de la IASD

Hace más de un siglo y medio, el 1 de octubre de 1860, en Battle Creek, Michigan, un grupo de personas que esperaban el pronto regreso de Jesús escogieron ser llamados como “Adventistas del Séptimo Día”. Las circunstacias los obligaron a elegir un nombre por varias razones. En primer lugar, estaba la imposibilidad de la iglesia de no poder tener propiedades a su nombre, ya que no estaba legalmente constituida. En segundo lugar, notaron la necesidad de ser identificados por un nombre cuando no sabían que responder cuando les preguntaban a qué religión pertenecían? Además de eso, varias iglesias adventistas ya habían optado por diferentes nombres para sus congregaciones.

Fue así que 25 delegados se reunieron un día de otoño en una próspera ciudad de Michigan, para abordar la cuestión de la adopción de un nombre. Después de varios días de debate, el nombre de “Adventista del Séptimo Día” fue sugerido por un hombre llamado David Hewitt, conocido como “el hombre más honesto” en Battle Creek. Luego de un análisis más detallado, el nombre fue aporbado por 24 votos a favor y 1 en contra.

El nombre de la Iglesia Adventista del Séptimo Día refleja sus creencias en tres palabras. “Adventista” indica la seguridad del pronto regreso (advenimiento) de Jesús a esta tierra. “Séptimo Día” se refiere al sábado bíblico de descanso dado por la gracia de Dios a la humanidad creada, y observado por Jesús durante su encarnación.

Juntos, los dos términos hablan del Evangelio de la salvación en Jesucristo.