Iglesia Adventista del Séptimo Día – Institucional

Familia

Una de las principales preocupaciones de los adventistas del séptimo día es el fortalecimiento de las familias. La Iglesia Adventista ve a la familia como un poderoso agente de transformación espiritual en la sociedad. Por esta razón apoya el mantenimiento de los proyectos y programas que valoran la vida de las parejas, las relaciones con los niños y el apoyo a los ancianos, entre otras actividades.


Ministerio de la Familia

Este ministerio tiene como objetivo fortalecer a la familia como el centro de discipulado cristiano. Los adventistas creen que la familia, formada por la unión entre un hombre y una mujer, fue establecida por creación divina como una institución humana fundamental. Es el medio principal en el que se representan los valores y en donde se desarrolla la capacidad para las relaciones íntimas con Dios y con los demás seres humanos. El Ministerio de la Familia trabaja a través de acciones tales como: la orientación antes del matrimonio direccionado principalmente a los novios, la educación de los padres, orientación a las necesidades especiales de las familias sin padre o madre, o cuando hay padrastros o madrastras, instrucción en la evangelización de familia a familia y ministerios de apoyo para ayudar a familias con necesidades.


Ministerio del Niño y del Adolescente

Cuando Jesús dijo “Dejad que los niños vengan a mí”, habla con cada uno de los adultos en la actualidad. La Iglesia Adventista del Séptimo Día, a través del Ministerio del Niño y del Adolescente, desarrolla proyectos y actividades que motiven a los infantes a amar a Dios y al prójimo en este período fundamental de la vida.

Líderes ejecutan actividades semanales para los niños y adolescentes, con programas regulares que fomentan el estudio de las Sagradas Escrituras, motivan a la oración, a la obediencia a los padres y al servicio para con los demás.


Ministerio Joven

El ministerio Jóven de la Iglesia Adventista del Séptimo Día nació con el propósito de trabajar con su juventud bajo la filosofía cristiana de la salvación y el servicio para sí mismos y sus semejantes. El Ministerio Joven tiene varias actividades y programas, como la campaña de donación de sangre y de médula ósea llamado “Vida de Vidas”, y el evangelismo joven durante el período de vacaciones llamado “Misión Caleb”. Dentro de este ministerio, hay un área específica para Universitarios. La sociedad de jóvenes en conjunto son un grupo de personas que oscilan entre los 16 y 35 años de edad. En América del Sur, más del 60% de los miembros de la Iglesia Adventista forma parte de este grupo.


Ministerio de Conquistadores y Aventureros

Los adventistas tienen dos programas completos de actividades dirigidas a niños y adolescentes. Uno de ellos es el Club de Aventureros, dirigida a niños y niñas entre 6 y 9 años de edad, y otro es el Club de Conquistadores, dirigido a los adolescentes de 10 a 15 años de edad. En estos clubes, los participantes aprenden sobre el medio ambiente, los derechos cívicos, los valores familiares, los hábitos saludables, el contenido bíblico, entre otras áreas. Por lo general, participan en campamentos en donde se desarrollan como entes sociales.


Ministerio de la Mujer

El desafío del Ministerio de la Mujer es animar, equipar y capacitar a las mujeres a tener una vida consistente día a día y estimular la responsabilidad de proclamar el evangelio. En América del Sur, son más de un millón 220.000 mujeres, lo que representa más del 60% de los miembros adventistas. Uno de los proyectos realizados por el Ministerio de la Mujer es “Rompiendo el Silencio”, que consiste en combatir la violencia doméstica contra las mujeres, niños y ancianos. Cinco objetivos se destacan entre los muchos que se han establecido:

  1. Dignificar a las mujeres como personas de valor inestimable en virtud de su creación y redención.
  2. Orientarlas y capacitarlas para satisfacer las diferentes necesidades y enfrentar las preocupaciones que se encuentran a lo largo de la vida.
  3. Unirse y cooperar con otros sectores de la Iglesia para responder a las necesidades de las mujeres.
  4. Crear medios de comunicación entre las mujeres, fomentando lazos de amistad, apoyo mutuo e intercambio creativo de información.
  5. Procurar ampliar las oportunidades que tienen las mujeres para prestar un servicio cristiano y dinámico.