Ministerio de la Mujer

Blog

La niña cautiva

La niña cautiva de Naamán no fue víctima del síndrome de Estocolmo. Ella no se identificó con los sirios o con sus dioses. Ella sabía muy bien quién era; una israelita, una sierva del Dios del cielo. Fue generosa con su amo no porque hubiera pasado por un lavado cerebral para actuar así, sino porque […]


  • Compartir:

hijas-de-Dios_13nina-cautivaLa niña cautiva de Naamán no fue víctima del síndrome de Estocolmo. Ella no se identificó con los sirios o con sus dioses. Ella sabía muy bien quién era; una israelita, una sierva del Dios del cielo.

Fue generosa con su amo no porque hubiera pasado por un lavado cerebral para actuar así, sino porque realmente comprendió el profundo amor de Dios.

En esta situación es necesario valor para continuar siendo quién eres y permanecer firme a tus principios y creencias. Y es necesario más valor para amar a tus enemigos y tratar con genuina bondad a aquellos que te lastiman.
Naamán debió haber sentido respeto por la niña cautiva. Tal vez vio en ella algo que hoy vemos al leer la historia.

El reconoció a alguien singular que fue capaz de hablar con sinceridad y amor en una situación difícil.

Fue así que escuchó su consejo e hizo lo que la niña sugirió. Él fue al encuentro del profeta Eliseo y recibió la cura.
No sabemos el resto de la historia. Naamán volvió a su casa curado, declarando que nunca más haría “holocaustos y sacrificios a ningún otro dios sino solamente al Señor” (2 Reyes 5:17).

El esfuerzo misionero personal de la niña cautiva fue exitoso.

"Entonces Naamán fue y habló a su señor el rey diciéndole: "Esto y esto ha dicho la muchacha que es de la tierra de Israel." 2reyes 5:4

Fuente: Daughters of Grace, Trudy J. Morgan-Cole.

  • Compartir:
Artículo anterior
Artículo siguiente