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Marta

Frecuentemente Jesús visitaba el hogar de María, Marta y su hermano Lázaro. Marta se preocupaba de los cuidados de la casa, mientras María buscaba en primer lugar escuchar a Jesús. La paz de Cristo descansó sobre el hogar de estos hermanos. Marta estaba ansiosa por brindar toda la comodidad a sus huéspedes, mientras María, arrobada […]


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Frecuentemente Jesús visitaba el hogar de María, Marta y su hermano Lázaro. Marta se preocupaba de los cuidados de la casa, mientras María buscaba en primer lugar escuchar a Jesús.
La paz de Cristo descansó sobre el hogar de estos hermanos.

Marta estaba ansiosa por brindar toda la comodidad a sus huéspedes, mientras María, arrobada por las palabras que Jesús dirigía a sus discípulos, consideró que era una oportunidad dorada la que tenía de conocer mejor la doctrina de Cristo. “Como María, necesitamos sentarnos a los pies de Jesús para aprender de él, habiendo elegido esa mejor parte que nunca se nos quitará.

Como Marta, necesitamos comprometernos cada vez más en la obra del Señor. Las realizaciones cristianas superiores pueden lograrse únicamente pasando mucho tiempo sobre nuestras rodillas en sincera oración. [...] Una sola fibra de la raíz de egoísmo que permanezca en el alma brotará cuando menos se espere y la contaminará” (EGW, A Fin de Conocerle, p. 353).

Una misma tarea puede ser una oportunidad de crecer espiritualmente, si cambiamos nuestro objetivo para amar a Jesús y aprender de él.

"Y Le hicieron una cena allí, y Marta servía; pero Lázaro era uno de los que estaban a la mesa con El." (Juan 12:12).

Fuente: Hijas de Dios, Elena de White. Daughters of Grace, Trudy J. Morgan-Cole.

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