Ministerio de la Mujer

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María Magdalena

La idea de exponerte al ridículo te impide seguir el llamado de Dios? La mujer que usó su propio cabello para secar los pies de Cristo puede tener algún consejo para ti. “Ella había oído hablar a Jesús de su próxima muerte, y en su profundo amor y tristeza había anhelado honrarlo. A costa de […]


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hijas-de-Dios_17maria-magdalenaLa idea de exponerte al ridículo te impide seguir el llamado de Dios? La mujer que usó su propio cabello para secar los pies de Cristo puede tener algún consejo para ti.

“Ella había oído hablar a Jesús de su próxima muerte, y en su profundo amor y tristeza había anhelado honrarlo.
A costa de gran sacrificio personal, había adquirido un vaso de alabastro de “nardo puro, de mucho precio” para ungir su cuerpo.
Pero muchos declaraban ahora que él estaba a punto de ser coronado rey. Su pena se convirtió en gozo y ansiaba ser la primera en honrar al Señor. Quebrando el vaso de ungüento, derramó su contenido sobre la cabeza y los pies de Jesús, y llorando postrada le humedecía los pies con sus lágrimas y se los secaba con su larga y flotante cabellera [...]. Judas consideró este acto con gran disgusto [...]. Dirigiéndose a los discípulos, preguntó: “¿Por qué no fue este perfume vendido por trescientos denarios, y dado a los pobres?” [...]. El murmullo circuyó la mesa: “¿Para qué este desperdicio?” [...]. María oyó las palabras de crítica [...]. Estaba por ausentarse sin ser elogiada o excusada, cuando oyó la voz del Señor: “¿Por qué molestáis a esta mujer?” [...]. Elevando su voz por encima del murmullo de censuras, dijo: “Ha hecho conmigo una buena obra. Porque siempre tendréis pobres con vosotros, pero a mí no me tendréis. Porque al derramar este perfume sobre mi cuerpo, lo ha hecho a fin de prepararme para la sepultura”.
Mateo 26:8-12” (El Deseado de Todas las Gentes, 512-514; 1898).

La próxima vez que sientas el llamado de Dios para realizar alguna actividad o tarea, no tengas vergüenza. En vez de eso, atiende el llamado divino y piensa en María. Y acuérdate del profundo amor por Jesús, del frasco de perfume. Acuérdate de las palabras de Jesús sobre María: "Y en verdad les digo, que dondequiera que el evangelio se predique en el mundo entero, también se hablará de lo que ésta ha hecho, para memoria suya." (Marcos 14:9) Y así se cumplió, porque cuando una mujer atiende el llamado de Dios es imposible no notarlo.

"Y en verdad les digo, que dondequiera que el evangelio se predique en el mundo entero, también se hablará de lo que ésta ha hecho, para memoria suya." (Marcos 14:9).

Fuente: Hijas de Dios, Elena de White. Daughters of Grace, Trudy J. Morgan-Cole.

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