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Ester

Ester era una hermosa joven judía, prima de Mardoqueo, quien la crió en su hogar después que sus padres murieran, considerándola y amándola como a su propia hija. Dios usó a Ester para salvar al pueblo judío en la tierra de los persas. Cuando las circunstancias están fuera de control nos sentimos impotentes, amedrentadas, solas […]


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hijas-de-Dios_14esterEster era una hermosa joven judía, prima de Mardoqueo, quien la crió en su hogar después que sus padres murieran, considerándola y amándola como a su propia hija. Dios usó a Ester para salvar al pueblo judío en la tierra de los persas.

Cuando las circunstancias están fuera de control nos sentimos impotentes, amedrentadas, solas y perjudicadas. Siempre tenemos una opción. Ester no pudo elegir quedar fuera del harén, pero pudo elegir como reaccionar. Pudo elegir ser valiente. Pudo elegir la fidelidad. Ella eligió correr el riesgo de muerte para pelear por la vida de su pueblo, valientemente desafió la autoridad del rey con las palabras: “si perezco, que parezca” (Esther 4:16)
Por causa de esa elección, su nombre quedó grabado a lo largo de los siglos como en ejemplo de valentía y temor de Dios.

Al ver las circunstancias turbulentas y dolorosas, al mirar un cielo vacío y clamar: ¿Por qué Dios? ¿Por qué estoy aquí?, acuérdate de Ester. Tú puedes elegir. Elegir cómo reaccionar. Esa elección tal vez este relacionada a cambiar las circunstancias, como cuando una mujer es llamada a deja una relación abusiva. O tal vez implique quedarse y transformar las circunstancias difíciles, como en el caso de aquellas que cuidan con gracia y compasión de un miembro deficiente en la familia. Al hacer una elección que honre a Dios, tú te vuelves su colaboradora.

Toma la elección de Ester. Decide reaccionar de forma creativa, con valentía y fidelidad cristiana. Tú también puedes ser parte de la historia como una heroína de Dios.

"Ve, reúne a todos los Judíos que se encuentran en Susa y ayunen por mí; no coman ni beban por tres días, ni de noche ni de día. También yo y mis doncellas ayunaremos. Y así iré al rey, lo cual no es conforme a la ley; y si perezco, perezco." (Ester 4:16).

Fuente: Daughters of Grace, Trudy J. Morgan-Cole.

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