Todas nosotras enfrentamos situaciones donde tenemos el poder de cambiar las cosas, necesitamos solamente de valor y determinación dados por Dios para actuar. Pero a veces, somos como Betsabé.

Quedamos a merced de las situaciones que están fuera de control, con la vida destruida por los errores y decisiones de otras personas. Como Betsabé, tal vez no seamos inocentes y también no tengamos fuerza para que todo vuelva a ser como antes.

Cuando no te sientas lo suficientemente fuerte para asumir el control, recuerda que Dios sí lo es.

Al final, Dios tenía un plan preparado para Betsabé y puso a su hijo en el trono de Israel.

No tenemos el control, Dios sí lo tiene. Él nos ama y quiere lo mejor para nosotros. Basta colocarnos enteramente en sus manos.

"Ten piedad de mí, oh Dios, conforme a Tu misericordia; Conforme a lo inmenso de Tu compasión, borra mis transgresiones." Salmo 51:1

Fuente: Daughters of Grace, Trudy J. Morgan-Cole.