Ministerio de la Mujer

Blog

Ana la profetisa

Los años pasan rápido, así como le ocurrió a Ana. Algunas mujeres con más experiencia, tal vez miren hacia atrás, y se pregunten: “¿Hice aquello que Dios quería que hiciera? ¿Cómo puede ocurrirte alguna cosa gratificante después de que tus cabellos se volvieron grises? Ese es el preconcepto de nuestra sociedad obsesionada con la juventud. […]


  • Compartir:

hijas-de-Dios_15ana-la-profetisaLos años pasan rápido, así como le ocurrió a Ana. Algunas mujeres con más experiencia, tal vez miren hacia atrás, y se pregunten: “¿Hice aquello que Dios quería que hiciera?
¿Cómo puede ocurrirte alguna cosa gratificante después de que tus cabellos se volvieron grises?

Ese es el preconcepto de nuestra sociedad obsesionada con la juventud.

Pero Ana no se incomodó con nada de eso. Sabía que 84 años no era una edad demasiado avanzada para que Dios haga algo emocionante en su vida. Sabía que los años de fidelidad serían recompensados. De hecho, la larga vigilia de Ana en el Templo fue recompensada, pues ella pasó todo ese tiempo en la presencia de Dios, aprendió a amarlo y a adorarlo.

Si alguna vez sentiste que era “demasiado tarde” para que Dios trabaje en tu vida, anímate él está trabajando, aunque esa acción ocurra discretamente detrás de los bastidores.

Si así como Ana quieres aprender a vivir en su presencia y amarlo, sabrás que nunca es demasiado tarde.

"Y era viuda como de ochenta y cuatro años, que no se apartaba del templo, sirviendo a Dios de noche y de día con ayunos y oraciones." (Lucas 2:37).

Fuente: Daughters of Grace, Trudy J. Morgan-Cole.

  • Compartir:
Artículo anterior
Artículo siguiente