En la última maratón de Hong Kong, un individuo tuvo un colapso y falleció; probablemente de ataque cardíaco. El sujeto había corrido solo 13 km cuando se desmayó. Llegué a ver el “accidente”, porque estaba participando en la misma carrera, y vi al equipo de emergencia mientras hacía el procedimiento de resucitación cardíaca en uno de los corredores. Al otro día leí en el periódico que el individuo había tenido un ataque cardíaco.

El primer punto a recalcar es que diariamente mueren miles de personas en el mundo por falta de ejercicio, y nadie le da mucha importancia al asunto. Una persona muere corriendo y todo el mundo apunta los errores y critica el tipo de ejercicio. Debo dejar bien en claro que es más arriesgado quedarse sentado frente al televisor comiendo pop corn que ponerse zapatillas y pantalones cortos y salir a correr.

Sin embargo, como estoy en medio del deporte, podemos y debemos evitar estos accidentes “maratónicos” si aprendemos a respetar el cuerpo. Correr maratones no es para cualquiera. Hay personas que tienen problemas de salud, de edad o cualquier otra condición física que imposibilita a la persona practicar ese tipo extremo de ejercicio. Pero la mayoría de las personas, dentro de un entrenamiento adecuado, puede participar de carreras o maratones de 10 km o más.

Permítame compartir otros dos casos que ocurrieron en mi club. Sí, soy director del Club de Deportes del Hospital Adventista de Hong Kong (Hong Kong Adventist Hospital Fitness Club). Tenemos un programa que prepara personas para correr maratones, medio maratones, y carreras de 10 o 15 km. El club funciona durante todo el año, pero comenzamos en marzo, para participar en noviembre.

Así, aconsejamos por lo menos ocho meses de entrenamiento progresivo a fin de alcanzar el nivel de 21 km (media maratón), o 42 km (maratón entera). Uno de los participantes inició el entrenamiento en octubre; y sin ningún aviso, se inscribió en una carrera de media maratón. En la mitad del recorrido el sujeto tuvo un ataque de sobre calentamiento (heat stroke), se desmayó y perdió la conciencia por algunos segundos, pero fue atendido a tiempo y rehidratado adecuadamente. Problema: prácticamente no había bebido agua, lo cual es fundamental para quien corre, ¿por qué? Porque ignoró las señales de sobre calentamiento; la primera de ellas es la sed, y después, la sensación de fiebre y mareos, etc., y el consejo básico es tomar agua. Él quería terminar la carrera de cualquier manera, pero no respetó las señales de su organismo. Felizmente hubo recuperación total, pero el individuo nunca más apareció en el club; pienso que quedó avergonzado de lo ocurrido.

Otro caso fue más trágico. Contratamos a un técnico de la policía de Hong Kong, quien era un corredor de maratones entusiasta. No tenía cursos, pero tenía mucha práctica. Durante un seminario de fin de semana, él nos dio varios consejos de cómo perfeccionar las técnicas de la carrera. Pero, dos días después, murió súbitamente mientras corría. El hecho es que el policía había sido alcanzado por un tiro en la pierna un mes antes, y como había una competencia inminente, quería estar preparado para la misma.  A pesar del consejo médico de ir despacio y respetar el cuerpo, él insistió en practicar el intenso entrenamiento necesario para correr largas distancias. Consecuencia: probable ataque cardíaco o una embolia como consecuencia de un coágulo en la pierna o cosa parecida. Todavía no se divulgó el resultado de la autopsia. Una semana después, participamos de una carrera en memoria del policía que dejó a la esposa y a dos hijos.

En nombre de la inspiración o motivación que siempre ocurre durante este tipo de deporte, muchos arriesgan la salud y la vida al practicar el ejercicio hasta los límites más elevados, sin respetar el organismo y sus sistemas de alarma.

Por lo tanto, si usted está inspirado a hacer ejercicio, comience despacio y vaya progresando gradualmente. La diferencia entre entrenadores de maratón y médicos o educadores de la salud es la siguiente: el entrenador motiva al individuo de cualquier manera a alcanzar su potencial máximo. El profesional de la salud ve la salud en primer lugar, y aconseja prudencia, progreso gradual, y atención a los signos y síntomas del cuerpo.

El otro día fui entrevistado por una revista de carreras. Una de las preguntas era: ¿Cómo aumentar la distancia si una persona está corriendo 5 km por día, y no consigue de ninguna manera aumentar el kilometraje? ¿Cuál es su sugerencia? Mi respuesta fue simple: “¿Quien le dijo que debería aumentar el kilometraje?” La periodista estaba preparada para un sistema de entrenamientos y técnicas, con ejercicios específicos para mejorar el rendimiento del corredor, para que el mismo pudiera participar de carreras de maratón u otras. Pero mi respuesta fue simple y más relacionada con la salud y el beneficio del ejercicio diario y consistente, que con la perspectiva de participar de una carrera de maratón. Pienso que infelizmente no publicaron la entrevista.

Como consejo práctico, al practicar ejercicios preste atención a las señales de alerta. Falta de aire, dolor, dolor en el pecho especialmente, mareos, dolor en el brazo o en la espalda, cansancio extremo, dolor de cabeza, malestar general, calambres, etc., son alarmas del cuerpo denunciando ‘exceso’. Tomar remedios para aliviar los síntomas o ignorarlos, es falta de respeto al organismo y esto podrá llevar a consecuencias trágicas como el lector puede ver en lo expresado anteriormente. Vaya más lento, disminuya la frecuencia, cambie de ejercicio, o alterne con algo menos intenso, son los consejos para los que quieren respetar las señales de alerta.

Si los individuos que practican ejercicios para mejorar la salud tuvieran más respeto por el organismo, y también respeto a los otros factores de la salud, seguramente los riesgos serían menores. Al final, la salud no es solo ejercicios, sino incluye la necesidad de hacer cambios en la dieta, en temperancia, en el uso del agua, en salud mental y espiritual, etc. Practique ejercicios, pero respete su cuerpo, y así, este lo respetará a usted.