Mayordomía Cristiana

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Orar Y Confiar

“Encomienda a Jehová tu camino, confía en él y él hará” (Salmo 37:5). El año 2007 se caracterizó porque pasé por muchas pruebas, pero fueron de gran valor para mi crecimiento espiritual. Comencé el año sin empleo. Recibí la invitación a una entrevista para una vacante de gerente, pero por ser adventista, no pude ocupar […]


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“Encomienda a Jehová tu camino, confía en él y él hará” (Salmo 37:5).

El año 2007 se caracterizó porque pasé por muchas pruebas, pero fueron de gran valor para mi crecimiento espiritual. Comencé el año sin empleo. Recibí la invitación a una entrevista para una vacante de gerente, pero por ser adventista, no pude ocupar la vacante. Estudié, rendí una prueba de un concurso público, pero no logré pasar.

Por ese mismo tiempo comenzó en la iglesia una Semana de Mayordomía Cristiana, una semana muy bendecida. Decidí entonces hacer un “desafío” al Señor: si él realizaba mi sueño de trabajar en mi área (Administración de Empresas) y me honraba como yo lo honraba, testificaría a todos de que nuestro Dios puede realizar nuestras vidas. Al finalizar la semana de oración, comencé a hacer la jornada espiritual; fue una experiencia inolvidable. En uno de los días de la jornada, Dios me habló claramente. Nunca sentí a Dios tan cerca como en esos días de la Jornada Espiritual. Mi fe se fortaleció mucho en ese período.

En esa semana oré mucho y pedí a Dios que me dirigiera en el concurso para trabajar en el CEFETES y sentí a Dios diciéndome que debía confiar en él. En ese momento tuve la seguridad de que pasaría el concurso. Era el concurso de mi vida. La prueba fue el 15 de junio, tenía poco tiempo para estudiar, pero en verdad, no estudié mucho, porque ya hace tiempo que había estudiando para diferentes concursos. Llegó el día de la prueba y cuando comencé a hacerla, no podía creer lo que estaba sucediendo, tenía algunas preguntas del año 2006 que ya las había hecho. El lugar que escogí para trabajar era uno de los más concurridos. Eran siete vacantes y yo pasé en el quinto lugar, lloré de emoción y agradecí a Dios por haber hecho realidad mi sueño.

Mi inicio en CEFETES fue el primero de setiembre; fue un momento indescriptible, en el instante de firmar mi contrato, estaba temblando, no podía creer lo que Dios me había dado y dónde me había colocado. Hoy trabajo en la Coordinación de Desarrollo de Personal en CEFETES, unidad de Nova Venecia, Espíritu Santo, Brasil. Dios me colocó donde yo deseaba estar, siempre me gustó el sector de Recursos Humanos. Hoy, estoy muy agradecida a Dios por todo lo que ha hecho en mi vida. Vale la pena confiar y ser fiel a Dios, porque su fidelidad para nosotros dura para siempre.

Siempre digo que yo no era nadie, y mi Dios me ha hecho alguien. Alabo a Dios cada día y no me canso de agradecer por las maravillas realizadas en mi vida. Espero que este testimonio alcance a las personas y que ellas tengan la seguridad que existe un Dios que está dispuesto a escucharnos y realizar nuestros sueños, solo debemos confiar completamente en él.

Claudiane Souza da Cruz de Faria
IASD de Itauninhas, ES
Unión Sudeste Brasileña

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