Programa JA 1: Final del mundial
“Por tanto, también nosotros, que estamos rodeados de una multitud tan grande de testigos, despojémonos del lastre que nos estorba, en especial del pecado que nos asedia, y corramos con perseverancia la carrera que tenemos por delante”. Heb. 12:1 ALABANZA Fuertes (CD JA 2013) Valor para Vencer (CD JA 2008) Vencedor Cada Día (CD JA […]
“Por tanto, también nosotros, que estamos rodeados de una multitud tan grande de testigos, despojémonos del lastre que nos estorba, en especial del pecado que nos asedia, y corramos con perseverancia la carrera que tenemos por delante”. Heb. 12:1
- Fuertes (CD JA 2013)
- Valor para Vencer (CD JA 2008)
- Vencedor Cada Día (CD JA 2007)
ORACIÓN
INTERCESORA
ILUSTRACIÓN
De un lado Baggio, del otro Taffarel. Entre ellos, la pelota. ¡En la platea, vía satélite, mitad de la población del planeta! El puntapié final de la Copa del Mundo de 1994 fue el lance de suspenso máximo del mayor espectáculo del fútbol. El arquero Taffarel cuenta: En la mañana de ese día me levanté tranquilo, confiado, firme en Dios. ¡Parecía que iba a jugar un partido amistoso y no una final de la Copa del Mundo contra Italia! Algo diferente estaba sucediendo conmigo. Fuimos al estadio con una confianza enorme. Al entrar al túnel que da acceso al pasto, noté que los jugadores de Italia estaban inseguros y cabizbajos, mientras nuestro equipo gritaba: ¡Vamos, vamos a ganar! En medio de la disputa de penales di una mirada en el placar. Vi que estaba 2x2 y pensé: Es mi hora de hacer alguna cosa por mi equipo y por mi país. – ¡Señor, ayúdame a defender este penal! Y él me oyó… Cuando Massaro pateó, creo que Dios me empujó hacia la esquina izquierda y pude hacer la defensa. Después Dunga hizo su gol y todo quedó en el pie de Baggio cuando fuimos a la escena final. Después e 52 juegos, tres millones de ingresos vendidos, cuatro años de preparación y un mes de mucha agitación en los medios de comunicación de todo el mundo; la decisión de todo esto sobró para dos personas: Baggio y yo… Cuando lo vi con la cabeza baja y los ojos fijos en el suelo, noté que estaba inseguro y crecí bastante. En ese momento tuve la seguridad: — voy a hacer la defensa o él va a patear hacia afuera… Y no fue diferente… Cuando aquella pelota pasó volando alto por encima del travesaño, la única cosa que me dio ganas de hacer fue de arrodillarme y glorificar a Dios, pues sabía que la victoria estaba viniendo de él y sólo él merecía aquella gloria. Después de todo, ni Baggio hizo el gol, ni yo hice la defensa en el lance final de la Copa de 1994.
MENSAJE
Fin de la Copa del Mundo.
ESPÍRITU DE PROFECÍA
Consejos sobre salud, página 47.
Los hombres estaban dispuestos a someterse a la abnegación y a la disciplina para correr y obtener una corona corruptible, que iba a perecer en un día, y que era solamente un distintivo honroso de parte de los mortales. Pero nosotros hemos de correr la carrera que brinda la corona de inmortalidad y la vida eterna. Sí, un inconmensurable y eterno peso de gloria nos será otorgado como premio cuando hayamos terminado la carrera.
MANOS A LA OBRA
Alabanza: Los himnos escogidos para este momento tienen que ver con el clima de alegría, victoria, fuerza y valentía.
Ingredientes de un final de Copa, y no menos importantes para el momento final de la historia de este mundo.
Ilustración: Taffarel es un ejemplo de compromiso y preparación personal para un gran evento.
Oración
Intercesora: Ora para que nos preparemos para el regreso de Jesús. Escoge un corito agradable, deja que cada uno piense lo que puede arruinar la confianza de ir al cielo, y deja que los miembros oren individualmente.
Mensaje: El plan del mensaje es hacer una analogía entre la final de la Copa del Mundo con la segunda venida del Señor Jesús.
Ministerio Joven - AAMAR