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J.A. 5/Dic. Las tres fases del amor

“En el amor no hay temor, sino que el perfecto amor echa fuera el temor; porque el temor lleva en sí castigo. De donde el que teme, no ha sido perfeccionado en el amor” (1 Juan 4:18). ALABANZA Si puedo amar – CD Joven 2011 No hay nada comparado – CD Joven 2011 Dios no […]


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“En el amor no hay temor, sino que el perfecto amor echa fuera el temor; porque el temor lleva en sí castigo. De donde el que teme, no ha sido perfeccionado en el amor” (1 Juan 4:18).

ALABANZA
Si puedo amar – CD Joven 2011
No hay nada comparado – CD Joven 2011
Dios no se cansa de amar – CD Joven 2007

TESTIMONIO
TAMMY ERA UNA joven esposa que ahora yacía en una cama de hospital después de una cirugía para remover un tumor de su rostro. El cirujano siguió cuidadosamente la curva de su maxilar para esconder la cicatriz, pero la incisión fue demasiado profunda. La operación dejó el lado derecho de su boca estirado y su sonrisa inmóvil. Cuando el médico entró, Tammy preguntó: “Mi boca ¿será siempre así?” “Sí”, respondió el médico. “Para remover el tumor, tuve que cortar los nervios. Lo siento mucho”. Tammy miró el techo. Una lágrima brotó de sus ojos y se deslizó silenciosamente. El marido tomó la mano de ella entre las suyas, sus ojos se encontraron y con una gran sonrisa él le aseguró amablemente: “Mi amor, a mí realmente me gusta tu sonrisa”.

ORACIÓN INTERCESORA
Este es el momento ideal para que cada uno analice lo que está “torcido” en su propia vida. El año 2015 terminará pronto y es imprescindible que cada joven ore pidiendo que Dios haga la cirugía necesaria para que su corazón decida amar al Señor y al prójimo a pesar de los desafíos que la vida impone.

MENSAJE
Al igual que la madurez, podemos decir que hay por lo menos tres fases del amor:

LA FASE “SI”
El blanco primario de este amor no es la otra persona. “Te amo si...” haces esto o si haces esto otro. El amor “si” se interesa en satisfacer solo sus propias necesidades. Así, muchos son atrapados en este impulso egoísta.
Wendy tenía solo 18 años. Su novio manipuló insistentemente la relación, y ella terminó cediendo a su pedido de tener relaciones sexuales. Wendy quedó embarazada y los padres del muchacho lo obligaron a casarse con ella. Rápidamente ella se volvió solo la empleada doméstica y la niñera. Su autoestima bajó y su vida se volvió miserable porque reconoció demasiado tarde la fase engañosa del amor “si”.
Trágicamente, en otros tipos de relación también se ofrece solo la fase “si” del amor. Harry sabía cuánto su padre quería que él fuese médico y estaba convencido de que si él no lograba serlo su padre lo rechazaría. Reprobado en el examen de ingreso, deprimido y creyendo que su padre no lo amaba más, el joven se suicidó.

LA FASE “PORQUE”
Esta fase parece valorar a la otra persona: “Te amo porque tú eres atractiva; porque tú traes seguridad a mi vida”, y así sucesivamente. El amor “porque” ofrece halagos a la persona amada; por otro lado, tiende a promover la inseguridad. Los que son objeto del amor “porque” sienten que deben probar continuamente que son dignos de amor y temen perder la cualidad que los torna amados. El amor y el temor no pueden coexistir en la misma relación.
Judy era joven, había ganado muchos concursos de belleza y era muy popular en la Facultad. Un día, al trabajar en la tintorería de su padre, un fluido inflamable explotó y quemó su rostro. Poco después del accidente, su novio rompió el compromiso. Sus padres no podían contemplar su “reina de la belleza” desfigurada, y raramente la visitaban en el hospital. A los pocos meses, Judy falleció. No de complicaciones. Ella simplemente desistió de vivir, porque la razón por la cual era amada le fue quitada. Su belleza se fue.

LA FASE “A PESAR DE”
Esta especie de amor simplemente ama, porque no está basado en motivación egoísta, no espera nada a cambio. Tampoco depende del aspecto atractivo de la otra persona y descubre un valor infinito en un ser finito. La expresión máxima de este amor es Jesús, que ama a cada uno de nosotros de manera incondicional. “Mas Dios muestra su amor para con nosotros, en que siendo aún pecadores, Cristo murió por nosotros” (Romanos 5:8).
Jesús no trajo una fase de amor que dice: “Yo te amaré si tú eres una buena persona”, o “Yo te amo porque tú vas a la iglesia cada semana”. Esto no mide el amor de Dios por nosotros. Dios no espera hasta que merezcamos ser amados. No hay “si” ni “porque” en el amor de Dios. ¡Él simplemente ama! ¡Dios es amor!

ESPÍRITU DE PROFECÍA
“Necesitamos hablar […] de los capítulos preciosos de nuestra experiencia, de la misericordia y la bondad de Dios, de las profundidades incomparables del amor del Salvador. Cuando la mente y el corazón rebosen de amor hacia Dios, no resultará difícil impartir lo que encierra la vida espiritual. Entonces, grandes pensamientos, nobles aspiraciones, claras percepciones de la verdad, propósitos abnegados, y anhelos de piedad y santidad hallarán expresión en palabras que revelen el carácter de lo atesorado en el corazón” (Conflicto y valor, p. 241).

MANOS A LA OBRA
Alabanza: Reforzar el amor de Dios por cada uno de nosotros; este es el objetivo de este momento de alabanza. No dejes que nadie quede solo en las hileras de la iglesia. Todos deben estar sentados cerca de alguien y disfrutar de la compañía de su prójimo.
Testimonio: ¿No es extraordinario saber que Dios aun nos ama a pesar de nuestra “sonrisa torcida”? Da a los jóvenes algunos minutos para pensar en qué tipo de amor están ofreciendo a su familia, a los amigos, a la iglesia y, principalmente, a Jesús. Busca testimonios de personas que tomaron buenas y sabias decisiones a pesar de un contexto desfavorable.
Oración intercesora: Todos deben recibir un bolígrafo y un papel doblado al medio. Con base en el texto: “Como yo os he amado, que también os améis unos a otros” (Juan 13:34), de un lado cada uno debe escribir las victorias que fueron alcanzadas en este año. Al lado deben escribir los desafíos que, juntamente con Dios, buscarán superar el año siguiente. Oren individualmente.
Mensaje: “Por lo cual estoy seguro de que ni la muerte, ni la vida, ni ángeles, ni principados, ni potestades, ni lo presente, ni lo por venir, ni lo alto, ni lo profundo, ni ninguna otra cosa creada nos podrá separar del amor de Dios, que es en Cristo Jesús Señor nuestro” (Rom. 8:38, 39). Realiza un debate: ¿Qué fase del amor prefieres tú?

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