“No despertaréis ni provocaréis el amor, ¡hasta que quiera!”
Encontrar al compañero de la vida no siempre es algo que llegue en el momento en que nosotros lo deseamos, o esperamos. El sabio Salomón aconseja lo siguiente: “Juradme, oh hijas de Jerusalén, por las ciervas y por las gacelas del campo, que no despertaréis ni provocaréis el amor, ¡hasta que quiera!” Cantares 2: 7.
Existen muchas personas que a temprana edad ‘despiertan’ o ‘provocan’ al amor, ya sea por curiosidad o porque así lo impone la sociedad de hoy. Y después deben de enfrentar las consecuencias. Llámese a esa consecuencia embarazo precoz, matrimonio sin felicidad, divorcio, etc. ¿Qué hacer entonces? ¿Debemos ‘andar por andar’? No, no esto lo que aconseja la Biblia. Pero si podemos hablar con Dios acerca de nuestros sentimientos, del deseo de amar y ser amando, de formar una familia cristiana y feliz, porque este fue el plan de Dios al crear a la familia humana. Y mientras tanto, mientras se espera la llegada del ‘elegido’ o ‘elegida’, no debemos estar ansiosos, porque este estado de ánimo impedirá el ser objetivo. En lugar de esto ocupe su tiempo libre y energías en cultivarse a sí mismo.
- Fortalezca su relación con Dios, primeramente, para que ésta sea más fluente e interesante.
- Haga cosas que a usted le gustan, que le proporcionen felicidad.
- Invierta en su visual, su apariencia personal.
- Inicie una rutina de ejercicios.
Todos estos consejos le ayudarán a elevar su estima personal, ahuyentar la depresión, a mantener su mente ocupada libre de la ansiedad de ‘encontrar’ a alguien. A mantener la cabeza en alto con una mirada alegre y una sonrisa en el rostro. Sintiéndose bien con usted uno mismo. De esta forma cuando el ‘elegido’ o ‘elegida’ pase por su lado, ¡será muy difícil que él o ella no lo note! “¡Dios es amor!” Él es la fuente de todo amor verdadero. Él tanto amó al mundo que dio a su Hijo” en sacrificio (1 Juan 4:8; Juan 3: 16). Jesús dejó el Cielo para morir por nosotros. Nunca habrá una demostración de amor mayor que esa. La base del amor que debemos tener para con nosotros mismos y para con nuestro prójimo es el amor divino. Si Dios es el origen del amor, cuanto más buscamos conocerlo, más capacitados vamos a estar para amar a quienes estén a nuestro lado.
Sonia Dutra - Prof. Enseñanza Primaria