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Kit de la felicidad

Pa­ra Lee, la verdad es “algo cálido, agradable y bonito”. Al escucharlo, recordé a muchos extranjeros que se casan para conseguir la residencia en los Estados Unidos. Estos matrimonios son un espejismo, son legales, pero no son de verdad.


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El chino Sang Lee, au­tor del libro Libérese, dijo en una de sus conferencias que el matrimonio puede ser una verdad o un  espejismo. Y prosiguió: “Cualquier pareja que anda junta no pasa de ser un espejismo”.

Pero ¿cuándo la compañía de esas personas comprometidas para a ser una verdad?  “Solo cuando expresan amor y sabiduría en la relación”, garantizó Sang Lee.

Pa­ra Lee, la verdad es “algo cálido, agradable y bonito”. Al escucharlo, recordé a muchos extranjeros que se casan para conseguir la residencia en los Estados Unidos. Estos matrimonios son un espejismo, son legales, pero no son de verdad.

Cierta vez, una muchacha llegó llorando al trabajo y le contó a sus compañeros que el marido la había dejado aquella mañana. Devastada, ella se descargó: “Nunca discutimos. Nunca me dijo nada”. Ahora sé la causa de esa separación: ese matrimonio era un espejismo.

El plan de Dios con relación al matrimonio es que cada unión entre hombre y mujer sea una verdad. “El primer ingrediente de la verdad—enfatizó Lee—es el amor; pero, el amor no sobrevive sin sabiduría”, agregó. Mientras el amor es un don, algo que brota sin esfuerzo, la sabiduría se adquiere por medio de la conquista. Resulta de nuestra iniciativa y es fruto de la investigación.

La Biblia es una fuente de sabiduría a nuestra disposición. Si usted está casado y quiere salvar su matrimonio, preste atención a estos tres consejos:

  1. “Mejor es lo poco con el temor de Jehová, que el gran tesoro donde hay turbación” (Proverbios 15:16). La intención del sabio Salomón no es desanimar a los matrimonios en busca del progreso material. Por el contrario, simplemente expone las condiciones básicas para que alguien alcance la prosperidad con felicidad: vivir en armonía con Dios. Cuando nos olvidamos de Dios, corremos el riesgo de llevar una vida vacía, sin un punto de partida y sujeta a la ansiedad. “El principio de la sabiduría es el temor de Jehová” (Sal­mo 111:10), es el énfasis de la Biblia. El matrimonio que deja de lado las bases de la fe, pierde de vista los propósitos sagrados del matrimonio. La pareja que descarta la religión, en general minimiza otros principios fundamentales para el bienestar de la relación, como el respeto y la fidelidad. Y, con el tiempo, lo que parecía verdad nunca fue más que un simple espejismo.
  2. Pa­ra que el matrimonio sea siempre verdad a la pareja le conviene estar atento al segundo consejo: “Mejor es reprensión manifiesta que amor oculto” (Pro­ver­bios 27:5). El matrimonio debe hacerse un tiempo para descargar los resentimientos. Debe limar asperezas en casa. En las palabras de Salomón se puede encontrar que existe un aparente conflicto entre el amor y la sabiduría, porque el amor esconde para no lastimar y la sabiduría expone para esclarecer y acercar. En esos momentos, hay que decirle al amor: “Espera un poco. Llegó la sabiduría”. Como la sabiduría es prudente, se manifiesta siempre tomada de la mano con el amor.  La sabiduría trata con objetividad el asunto en discusión, sin perder de vista la subjetividad de los sentimientos de quien está escuchando. Si una de las partes ya no quiere hablar ni oír sobre lo que el otro siente con relación a ella, es porque esa pareja está cayendo de ser una verdad a ser un espejismo.
  3. El último consejo habla sobre el estado de ánimo: “El corazón alegre constituye buen remedio;
  4. Mas el espíritu triste seca los huesos” (Pro­ver­bios 17:22). Si ustedes se sienten bien, intenten expresarlo a través del rostro y los gestos. Un matrimonio sin expresiones mutuas de ternura y cariño no es verdad.

Paulo Pinheiro, Revista Sinais dos Tempos [Señales de los tiempos], 1999, Casa Publicadora Brasileña.

 

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