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LIBERTAD EN CRISTO | Lección 11: Para el 9 de septiembre de 2017

LEE PARA EL ESTUDIO DE ESTA SEMANA: Gálatas 5:1 al 15; 1 Corintios 6:20; Romanos 8:1; Hebreos 2:14 y 15; Romanos 8:4; 13:8. PARA MEMORIZAR: “Porque vosotros, hermanos, a libertad fuisteis llamados; solamente que no uséis la libertad como ocasión para la carne, sino servíos por amor los unos a los otros” (Gál. 5:13). En Gálatas 2:4, [...]


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LEE PARA EL ESTUDIO DE ESTA SEMANA: Gálatas 5:1 al 15; 1 Corintios 6:20; Romanos 8:1; Hebreos 2:14 y 15; Romanos 8:4; 13:8.

PARA MEMORIZAR: “Porque vosotros, hermanos, a libertad fuisteis llamados; solamente que no uséis la libertad como ocasión para la carne, sino servíos por amor los unos a los otros” (Gál. 5:13).

En Gálatas 2:4, Pablo se refirió brevemente a la importancia de proteger la “libertad” que tenemos en Cristo Jesús. Pero, ¿qué quiere decir Pablo cuando habla de “libertad”, lo cual hace tan a menudo? ¿Qué incluye esta libertad? ¿Cuán lejos llega esta libertad? ¿Tiene límites? Y, ¿qué conexión tiene la libertad en Cristo con la ley?

Pablo aborda estas preguntas al advertir a los gálatas acerca de dos peligros. Primero, el legalismo. Los oponentes de Pablo en Galacia estaban tan enfocados en intentar obtener el favor de Dios por medio de su comportamiento que perdieron de vista la naturaleza liberadora de la obra de Cristo, de la salvación que ya tenían en Cristo por la fe. El segundo peligro es la tendencia a abusar de la libertad que Cristo obtuvo por nosotros, cayendo en el libertinaje. Quienes sostienen esta visión suponen erróneamente que la libertad es incompatible con la ley.

Tanto el legalismo como el libertinaje se oponen a la libertad, porque ambos mantienen a sus adherentes en una forma de esclavitud. Sin embargo, la apelación de Pablo a los gálatas es que permanezcan firmes en la verdadera libertad que es su posesión merecida en Cristo.

CRISTO NOS HA LIBERADO

 

“Estad, pues, firmes en la libertad con que Cristo nos hizo libres, y no estéis otra vez sujetos al yugo de esclavitud” (Gál. 5:1).

 

Al igual que el grito de mando de un líder militar a sus tropas vacilantes, Pablo llama a los gálatas a no rendirse a su libertad en Cristo. La fuerza y la intensidad del tono de Pablo hacen que sus palabras prácticamente salten de la página a la acción. De hecho, esta parece ser justamente la intención de Pablo. Aunque este versículo está conectado temáticamente con lo que precede y lo que sigue, su aparición abrupta y la falta de conexiones sintácticas en griego sugieren que Pablo deseaba que este versículo se destacara como una enorme gigantografía. La libertad en Cristo resume todo el argumento de Pablo, y los gálatas estaban en peligro de entregarla.

 

Lee Gálatas 1:3 y 4, 2:16 y 3:13. ¿Cuáles son algunas de las metáforas utilizadas en estos versículos, y cómo nos ayudan a entender lo que Cristo ha hecho por nosotros?

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Las palabras de Pablo, “la libertad con que Cristo nos hizo libres” (Gál. 5:1), pueden sugerir que tiene otra metáfora en mente aquí. La construcción de esta frase es similar a la fórmula utilizada en la liberación sagrada (manumisión) de un esclavo. Dado que los esclavos no tenían derechos legales, se suponía que una deidad podía comprar su libertad y, a cambio, el esclavo, aunque era realmente libre, pertenecería legalmente a esa deidad. Por supuesto, en la práctica el proceso era ficción; era el esclavo el que depositaba el dinero por su libertad en la tesorería del templo. Considera, por ejemplo, la fórmula utilizada en una de las casi mil inscripciones encontradas en el templo de Apolo Pitio en Delfos, que datan de 201 a.C. a 100 d.C.: “Por libertad, Apolo el Pitio compró de Sosibo de Ámfisa una mujer esclava cuyo nombre es Nicaea […]. Sin embargo, el pago lo ha hecho Nicaea a Apolo por su libertad”.—Ben Witherington III, Grace in Galatia, p. 340.

Esta fórmula comparte una similitud básica con la terminología de Pablo, pero hay una diferencia fundamental. En la metáfora de Pablo, no hay ficción alguna. Nosotros no pagamos el precio de nuestra libertad (1 Cor. 6:20; 7:23). El precio era demasiado alto para nosotros. Éramos impotentes e incapaces de salvarnos a nosotros mismos, pero Jesús apareció e hizo por nosotros lo que no podíamos hacer por nuestra cuenta (al menos sin perder la vida). Él pagó la penalidad por nuestros pecados, liberándonos así de la condenación.

 

Examina tu propia vida. ¿Pensaste alguna vez que podrías salvarte tú mismo? ¿Qué debería decirte tu respuesta acerca de cuán agradecido debes estar por lo que se nos ha dado en Jesús?

LA NATURALEZA DE LA LIBERTAD CRISTIANA

 

El mandato de Pablo de permanecer firme en libertad no aparece aisladamente. Una declaración importante la precede: “Cristo nos hizo libres”. ¿Por qué los cristianos debieran permanecer firmes en su libertad? Porque Cristo ya los ha hecho libres. En otras palabras, nuestra libertad es el resultado de lo que Cristo ya ha hecho por nosotros.

Esta construcción de una declaración de un hecho seguida por una exhortación es típica en las cartas de Pablo (1 Cor. 6:20; 10:13, 14; Col. 2:6). Por ejemplo, Pablo hace varias declaraciones indicativas en Romanos 6 sobre las características de nuestra condición en Cristo, tales como: “Nuestro viejo hombre fue crucificado juntamente con él” (Rom. 6:6). Sobre la base de esta verdad, Pablo puede luego emitir una exhortación imperativa: “No reine, pues, el pecado en vuestro cuerpo mortal” (Rom. 6:12). Esta es la manera de Pablo de decir, en esencia: “Conviértanse en lo que ya son en Cristo”. La vida ética del evangelio no presenta la carga de intentar hacer cosas para probar que somos hijos de Dios. Más bien, hacemos lo que hacemos porque ya somos sus hijos.

 

¿De qué nos ha librado Cristo? Romanos 6:14 y 18; 8:1; Gálatas 4:3 y 8; 5:1; Hebreos 2:14 y 15.

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El uso de la palabra “libertad” para describir la vida cristiana es más prominente en las cartas de Pablo que en cualquier otra parte del Nuevo Testamento. La palabra “libertad” y sus cognados aparecen 28 veces en las cartas de Pablo, en contraste con solamente 13 veces en el resto del Nuevo Testamento.

¿Qué quiere decir Pablo con “libertad”? Primero, no es meramente un concepto abstracto. No se refiere a la libertad política ni económica, ni a la libertad de vivir de cualquier manera que se nos plazca. Al contrario, es una libertad que está cimentada en nuestra relación con Jesucristo. El contexto sugiere que Pablo se está refiriendo a la libertad de la esclavitud y la condenación de un cristianismo centrado en la ley, pero nuestra libertad incluye mucho más que eso. Incluye libertad del pecado, de la muerte eterna y del diablo.

“Fuera de Jesucristo, la existencia humana se caracteriza por la esclavitud: esclavitud a la ley, esclavitud a los poderes malvados que dominan el mundo, esclavitud al pecado, a la carne y al diablo. Dios envió a su Hijo al mundo para romper con el dominio de esos esclavizadores”.—Timothy George, Galatians, p. 354.

 

¿Qué cosas en tu vida sientes que te esclavizan? Memoriza Gálatas 5:1 y pídele a Dios que haga de la libertad que tienes en Cristo una realidad en tu vida. 

LAS CONSECUENCIAS PELIGROSAS DEL LEGALISMO

 

La manera en que Pablo introduce Gálatas 5:2 al 12 indica la importancia de lo que está por decir. “Escuchen bien” (NVI), “¡Presten atención!” (NTV), “Miren que yo, Pablo, les digo” (RVC). Pablo no está jugando ni bromeando. Con las palabras enfáticas que utiliza, Pablo no solamente está pidiendo la atención completa de sus lectores, sino que también invoca su autoridad apostólica. Desea que entiendan que, si los gentiles han de someterse a la circuncisión para ser salvos, entonces los gálatas deben percatarse de las consecuencias peligrosas que implica su decisión.

 

Lee Gálatas 5:2 al 12. ¿De qué advierte Pablo con respecto a la cuestión de la circuncisión?

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Las primeras consecuencias de intentar obtener el favor de Dios al someterse a la circuncisión es que obliga a la persona a guardar toda la ley. El lenguaje de Pablo en los versículos 2 y 3 incluye un interesante juego de palabras. Cristo, dice él, de nada les aprovechará (ofelesei); antes bien, estarán obligados (ofeiletes) a guardar la ley. Si una persona desea vivir según la ley, no puede simplemente seleccionar y elegir los preceptos que desea seguir. Es todo o nada.

Segundo, serán “cortados” (desligados) de Cristo. La decisión de ser justificados por obras implica al mismo tiempo un rechazo a la justificación en Cristo que provee Dios. “No puede ser de las dos maneras. Es imposible recibir a Cristo, reconociendo así que no puedes salvarte a ti mismo, y luego recibir la circuncisión, afirmando que sí puedes”.—John R. W. Stott, The Message of Galatians, p. 133.

La tercera objeción de Pablo a la circuncisión es que detiene el crecimiento espiritual. Su analogía es la de un corredor cuyo camino hacia la meta ha sido deliberadamente obstaculizado. De hecho, la palabra traducida como “estorbar” (vers. 7) se usaba en los círculos militares para referirse a “romper un camino o destruir un puente, o poner un obstáculo en el camino del enemigo para detener su avance” (CBA 6:977).

Por último, la circuncisión quita el tropiezo de la cruz. ¿De qué manera? El mensaje de la circuncisión implica que puedes salvarte a ti mismo; por lo tanto, es halagador para el orgullo humano. Sin embargo, El mensaje de la cruz es tropezadero para el orgullo humano, porque debemos reconocer que dependemos completamente de Cristo.

Pablo está tan enojado con esta gente, por su insistencia en la circuncisión, ¡que le dice que desearía que el cuchillo se les resbale y que se castren (mutilen) a sí mismos! Palabras fuertes; pero el tono de Pablo simplemente refleja con cuánta seriedad consideraba este asunto.

LIBERTAD, NO LIBERTINAJE

 

Gálatas 5:13 marca un punto de inflexión importante en el libro de Gálatas. Mientras que hasta este punto Pablo se ha enfocado enteramente en el contenido teológico de su mensaje, ahora se concentra en la temática del comportamiento cristiano. ¿Cómo debería vivir una persona que no es salva por las obras de la ley?

 

¿De qué posible mal uso de la libertad quería resguardar Pablo a los gálatas? Gálatas 5:13.

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Pablo era consciente de los posibles malentendidos que acompañaban su énfasis en la gracia y la libertad que los creyentes tienen en Cristo (Rom. 3:8; 6:1, 2). No obstante, el problema no era el evangelio de Pablo sino la tendencia humana a la autocomplacencia. Las páginas de la historia están plagadas de historias de personas, ciudades y naciones cuya corrupción y descenso al caos moral se debieron directamente a su falta de dominio propio. ¿Quién no ha sentido esta tendencia en su propia vida, también? Es por eso que Pablo llama con tanta claridad a los seguidores de Jesús a evitar complacer los deseos de la carne. De hecho, Pablo desea que hagan lo contrario, que es servirse “por amor los unos a los otros”. Tal y como lo sabe cualquier persona que sirve a otros por amor, esto es algo que solamente puede lograrse por la muerte al yo, la muerte a la carne. Aquellos que sirven a los deseos de su propia carne no son los que tienden a servir a otros. Al contrario.

Por ende, nuestra libertad en Cristo no es meramente una libertad de la esclavitud al pecado, sino un llamado a un nuevo tipo de servicio: la responsabilidad de servir a otros por amor. Es “la oportunidad de amar al prójimo sin impedimentos, la posibilidad de crear comunidades humanas basadas en la entrega mutua en vez de la búsqueda de poder y estatus”.—Sam K. Williams, Galatians, p. 145.

Por nuestra familiaridad con el cristianismo y las traducciones modernas de Gálatas 5:13, es fácil pasar por alto el poder sorprendente que estas palabras tuvieron al ser transmitidas a los gálatas. Primero, el lenguaje en griego indica que el amor que motiva este tipo de servicio no es el amor humano común; eso sería imposible. El amor humano es demasiado condicional. El uso que hace Pablo del artículo (el) antes de la palabra amor, en griego, indica que se está refiriendo a “el” amor divino que recibimos solamente mediante el Espíritu (Rom. 5:5). La verdadera sorpresa se encuentra en el hecho de que la palabra traducida como “servir” es la palabra griega para “estar esclavizado”. Nuestra libertad no es para tener autonomía propia sino para una “esclavitud” mutua, unos con otros, basados en el amor de Dios.

 

Sé sincero: ¿alguna vez has pensado que podías utilizar la libertad que tienes en Cristo para complacerte con un poquito de pecado, de tanto en tanto? ¿Cuál es el enorme problema con esa clase de pensamiento? 

CUMPLIR TODA LA LEY

 

¿Cómo reconcilias los comentarios negativos de Pablo sobre “guardar toda la ley” (Gál. 5:3) con su declaración positiva acerca de cumplir “toda la ley” (Gál. 5:14)? Compara Romanos 10:5; Gálatas 3:10 y 12; 5:3 con Romanos 8:4; 13:8; Gálatas 5:14.

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Muchos han considerado paradójico el contraste entre los comentarios negativos de Pablo acerca de “guardar toda la ley” y sus aseveraciones positivas. En realidad, no es así. La solución radica en el hecho de que Pablo intencionalmente utiliza cada frase para hacer una distinción importante entre dos formas diferentes de definir el comportamiento cristiano en relación con la ley. Por ejemplo, es significativo que cuando Pablo se refiere positivamente a la observancia cristiana de la ley nunca la describe como “guardar la ley”. Reserva esa frase para referirse solamente al comportamiento erróneo de aquellos que están viviendo bajo la ley y están intentando obtener la aprobación de Dios “haciendo” lo que la ley manda.

Esto no implica que aquellos que han encontrado la salvación en Cristo no obedecen. Nada podría estar más lejos de la realidad. Pablo dice que ellos “cumplen” la ley. Lo que quiere decir es que el comportamiento cristiano verdadero es mucho más que una obediencia exterior de solamente “guardar” o “actuar” conforme a la ley, sino que “cumple” la ley. Pablo usa la palabra cumplir porque va mucho más allá de simplemente “hacer”. Este tipo de obediencia está fundamentada en Jesús (ver Mat. 5:17). No es un abandono de la ley, ni una reducción de la ley solamente al amor, ¡sino que es la manera por la que el creyente puede experimentar la verdadera intención y el verdadero significado de toda la ley!

 

Según Pablo, ¿dónde se encuentra el pleno significado de la ley? Levítico 19:18; Marcos 12:31 y 33; Mateo 19:19; Romanos 13:9; Santiago 2:8.

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Aunque se trata de una cita de Levítico, la declaración de Pablo en Gálatas en última instancia se basa en el uso que hace Jesús de Levítico 19:18. Sin embargo, Jesús no fue el único Maestro judío que se refirió a Levítico 19:18 como al resumen de toda la ley. El rabino Hillel, que vivió alrededor de una generación antes que Jesús, dijo: “Lo que te resulta odioso a ti, no lo hagas a tu prójimo; esa es toda la ley”. Pero la perspectiva de Jesús es radicalmente diferente (Mat. 7:12). No solamente es más positiva, sino que también demuestra que la ley y el amor no son incompatibles. Sin amor, la ley es vacía y fría; sin la ley, el amor no tiene rumbo.

 

                ¿Qué es más fácil y por qué: amar a otros, o simplemente obedecer los Diez Mandamientos? Lleva tu respuesta a la clase. 

PARA ESTUDIAR Y MEDITAR: “La fe genuina siempre obra impulsada por el amor. Cuando miran el Calvario, no lo hacen para tranquilizar vuestra alma en el incumplimiento de vuestro deber, ni para disponerse a dormir, sino para generar fe en Jesús, una fe que obrará purificando el alma del fango del egoísmo. Cuando nos aferramos a Cristo por la fe, nuestra obra acaba de comenzar. Cada hombre tiene hábitos corrompidos y pecaminosos que deben ser vencidos mediante una lucha vigorosa. Cada alma tiene que pelear la batalla de la fe. El que es seguidor de Cristo no puede actuar con falta de honradez en los negocios; no puede ser insensible ni carecer de simpatía. No puede hablar con aspereza. No puede estar lleno de ostentación y amor propio. No puede ser dominante ni emplear palabras ásperas, y censurar y condenar.

“La obra de amor surge de la acción de la fe. La religión de la Biblia significa trabajo constante. ‘Así alumbre vuestra luz delante de los hombres, para que vean vuestras buenas obras, y glorifiquen a vuestro Padre que está en los cielos’ (Mat. 5:16). Obren vuestra propia salvación con temor y temblor, porque es Dios el que obra en ustedes tanto el querer como el hacer por su buena voluntad. Debemos buscar celosamente las buenas obras, y debemos mantenerlas cuidadosamente. Y el Testigo fiel dice: ‘Yo conozco tus obras’ (Apoc. 2:2).

“Si bien es verdad que nuestras múltiples actividades no nos asegurarán la salvación por sí mismas, también es cierto que la fe que nos une con Cristo estimulará el alma a la actividad” (MS 2:21, 22).

PREGUNTAS PARA DIALOGAR:

Como clase, repasen sus respuestas a la última pregunta del día jueves. ¿Cuál de las opciones le resultó más fácil a la mayoría, y por qué? ¿Qué verdades importantes sugiere tu respuesta acerca de lo que significa cumplir la ley?

Pablo dice que la fe “obra” por el amor. ¿Qué quiere decir?

Examina la idea de querer usar tu libertad en Cristo para entregarte al pecado. ¿Por qué es tan fácil caer en eso? Sin embargo, cuando la gente piensa de ese modo, ¿en qué trampa está cayendo?

Resumen: Libertad es una de las palabras favoritas de Pablo para definir el evangelio. Incluye tanto lo que Cristo ha hecho por nosotros al liberarnos de la esclavitud del mundo como también el modo en que somos llamados a vivir la vida cristiana. Sin embargo, debemos tener cuidado de que nuestra libertad no caiga presa del legalismo ni del libertinaje. Cristo no nos liberó para que nos sirviéramos a nosotros mismos, sino para que pudiéramos entregar nuestra vida a ministrar a nuestro prójimo.

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