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La Biblia presenta una gran cantidad de biografías que demuestran la trayectoria de hombres y mujeres que fueron fieles a Dios, como también de personas que fueron infieles. Sin embargo, Ryken (2017) recuerda que las biografías retratadas en las Escrituras son peculiares en su constitución. “Por un lado, todas las historias de vida que encontramos […]


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Imagen: Shutterstock

La Biblia presenta una gran cantidad de biografías que demuestran la trayectoria de hombres y mujeres que fueron fieles a Dios, como también de personas que fueron infieles. Sin embargo, Ryken (2017) recuerda que las biografías retratadas en las Escrituras son peculiares en su constitución. “Por un lado, todas las historias de vida que encontramos en la Biblia son biográficas en el sentido de que son historias de personas que realmente vivieron. Por otro lado, en cuanto al formato, ninguna de esas historias nos recuerda el tipo [de biografía] con el cual estamos familiarizados” (p. 23).

Eso queda evidente cuando se observa la diferencia entre biografías de personalidades como Job (libro), José (Gén. 37-50), Sansón (Jue. 13-16). David (1 Sam. 15 – 2 Sam. 24), Daniel (libro) y, de manera especial, de Cristo mismo, retratado en los evangelios. Esos ejemplos indican claramente distinciones en cuanto al formato de cada biografía y al abordaje del autor en relación al biografiado (incluyendo, en el caso de Daniel, la perspectiva autobiográfica), como también la finalidad de cada narración. Dos puntos importantes en relación a ese último aspecto parecen destacarse: la relación de los personajes con la historia del pueblo de Dios (sea como protagonistas o antagonistas) y también el papel instructivo de las biografías (Rom. 15:4).

En ese caso, las biografías bíblicas muestran, sobre todo, como las personas comunes, con virtudes y defectos, pueden desarrollar una relación redentora con Dios o rechazar el ofrecimiento divino de la gracia salvadora. Además, para Elena de White, ese papel educativo es preeminente, pues los relatos biográficos de la Biblia refuerzan la realidad de que “en gran parte, los incidentes de la vida son el fruto de nuestros propios pensamientos y acciones” (Ed., p. 146).

Para ella, la transparencia con la cual los autores bíblicos presentaron la vida de los personajes de la historia sagrada era una demostración de autenticidad de las Escrituras, ya que “humanamente es imposible referir una historia imparcial de un contemporáneo” pues “hace resaltar crudamente los defectos de la persona considerada, o hace brillar exageradamente sus virtudes, según el prejuicio o el favoritismo del escritor” (TI, t.4, p.13).

Sin embargo, los autores bíblicos inspirados por el Espíritu Santo hicieron un “un relato correcto de la experiencia religiosa que tuvieron los personajes notables de la historia bíblica. Los hombres a quienes Dios había favorecido, y a quienes había confiado grandes responsabilidades, a veces fueron vencidos por la tentación y cometieron pecados, así como nosotros actualmente luchamos, vacilamos y con frecuencia caemos en el error. Pero es alentador para nuestro corazón abatido saber que por la gracia de Dios ellos pudieron obtener nuevo vigor para levantarse por encima de su naturaleza mala; y al recordar esto, estamos listos para reanudar la lucha nosotros mismos” (4TI, p. 14).

Al comparar la composición de las biografías bíblicas y las biografías de personalidades del cristianismo, Elena de White pondera acerca de la inconsistencia de relatarse lo biografiado bajo una perspectiva perfecta, como ejemplo de “piedad inmaculada”. “Ninguna tacha destruía la belleza de su santidad, no se registraba defecto alguno que nos recordara que fueron arcilla común, sujetos a las tentaciones ordinarias de la humanidad” (ibid.). Por lo tanto, producir biografías de personalidades cristianas en el contexto adventista demanda cuidado y atención especiales.

Con relación a las biografías de autores “que han sido desleales al Dios del cielo” (OP, p. 117), Elena de White fue contundente al afirmar que ellos no deberían ser exaltados en las publicaciones adventistas. “En lugar de referirse constantemente en nuestras revistas [...] preséntese un mensaje definido surgido de la pluma de hombres cuyos escritos revelan que están bajo la influencia del Espíritu Santo” (OP,  p. 118).

Esas orientaciones fueron consideradas en el documento titulado “Guide to the teaching of literature in Seventh-dayAdventist schools”, preparado por el Departamento de Educación de la Asociación General de la Iglesia Adventista en 1972. La guía explica que las “biografías pueden incluir la vida de personas cuya visión religiosa o vida personal sean indignas de imitación, así como romances o presentación imaginativa”, y refuerza la orientación de Elena de White referente a biografías de autores no religiosos. Además, indica que “todas las biografías seleccionadas [en el contexto educacional adventista] deben ser elegidas con cautela, y deben seguirse las mismas directrices recomendadas para otros materiales de lectura (sección “Biografías”). Las directrices mencionadas son: (1) Debe ser un arte serio, compatible con los valores defendidos por la Iglesia Adventista. (2) Evitar el sensacionalismo y el sentimentalismo barato. (3) Estar exento de lenguaje ofensivo y obsceno. (4) Evitar elementos que valoricen la mala conducta y desvaloricen la bondad. (5) Evitar historias simplificadas, estimulantes, llenas de suspenso que estimulen la lectura superficial. (6) Estar adaptada al nivel de madurez del público lector (sección “General”).

Un recordatorio importante que hace el documento está relacionado con la citar “gemas de sabiduría y verdad” escritas por autores “irreligiosos e impíos”, que “expresan valores culturales, morales y estéticos (sección “Glorificación de autores”). La guía destaca una cita de Elena de White, en la cual ella afirma: “Así como la luna y los planetas de nuestro sistema solar brillan por la luz del sol que reflejan, los grandes pensadores del mundo, en lo que tenga de cierto su enseñanza, reflejan los rayos del Sol de Justicia. Todo rayo del pensamiento, todo destello del intelecto, procede de la Luz de mundo” (Ed, p. 13).

Así, las biografías y las ideas de los biografiados deben servir, en última instancia, para exaltar a aquel que tiene el dominio de la vida y es la fuente de toda sabiduría.

 

Principios editoriales
  1. Al abordar biografías bíblicas, debemos ser cautelosos en mantener la perspectiva presentada en las Escrituras sobre el personaje, tratando de extraer de su historia lecciones contextualizadas a la actualidad.
  2. Cuando abordamos biografías de personalidades cristianas, debemos evitar la parcialidad que enaltece exageradamente o desprecia al biografiado. Una perspectiva positiva, más realista debe ser nuestro blanco. El propósito de la exposición de una biografía deber ser enfocar más las ideas, principios y lecciones de vida cristiana de la persona en cuestión que sus virtudes o defectos.
  3. No destacamos biografías de personas incrédulas, pero eventualmente podemos citar “gemas” de autores no cristianos, porque reflejan una verdad anterior y mayor que ellos.
  4. En el caso que una biografía contenga algún pasaje que pueda comprometer la percepción del público con relación al carácter del biografiado o de alguien relacionado a él, debemos preservar la identidad de la persona en esa condición, por medio de pseudónimo, uso de iniciales o recursos visuales.
  5. Los perfiles presentados deben estar basados en la contribución real de la persona a la iglesia o a la sociedad, o en su cambio de vida, y no simplemente en el hecho de ser ella una celebridad. Se debe tener un cuidado especial con entrevistas, perfiles y relatos biográficos de personas que terminaron de aceptar la fe y todavía no dieron prueba de una transformación auténtica.

 

Bibliografía

General Conference of Seventh-day Adventists, Department of Education. (1972). Guide to the teaching of literature in Seventh-day Adventist schools. Disponible en: <https://tinyurl.com/y6btewd8>.

 

Ryken, L. (2017). Formas literárias da Bíblia. São Paulo: Cultura Cristã.

 

White, E. de. El otro poder. Florida, Bs.As. Asociación Casa Editora Sudamericana. (1996).

 

White, E. de. Testimonios para la Iglesia, t.4). Asociación Publicadora Interamericana. (2008).

 

White, E. de. La educación. Florida, Bs.As. Asociación Casa Editora Sudamericana. (1998).

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