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Una noche para la familia

¿Ya pensaron en que si todas las familias tuvieran una noche exclusiva para la familia, cuántos problemas se evitarían, cuántas barreras se romperían?


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Un hombre se encontraba arando un campo que estaba junto al lado de un canal de riego, mientras su hijo jugaba a la orilla. Repentinamente, el hijo gritó: “Papá, ayúdame, me estoy cayendo”.

El papá al mirarlo se dio cuenta de que su hijo solo se estaba sosteniendo de un árbol pequeño que crecía junto al canal. “Espera un poco hijo, espera un poco hasta que termine de arar”. Increíble, ¿cierto? Sin duda.

¿Qué clase de padre dejaría a su hijo luchando solo contra la fuerza del agua? ¿Cómo podemos ayudar a nuestros hijos contra las corrientes de agua que alcanzan sus vidas, como las corrientes de valores equivocados, y otros? ¿Cómo podemos ayudarlos rápidamente?

Los padres tienen, entre otras, herramientas de influencia para transmitir valores. Un ejemplo de ello es un ambiente de cordialidad. Una noche familiar es una buena manera de crear un ambiente saludable en la familia. Separar una noche en medio de la semana para una reunión formal de la familia puede ayudar a fortalecer los vínculos familiares.

Elena de White comenta: “Sea la conversación de la familia en derredor de la mesa de un carácter tal que deje una influencia fragante en la mente de los niños” (El hogar cristiano, p. 400).

Generalmente el padre pierde excelentes oportunidades de atraer a sus hijos. Al regresar de su trabajo, debe considerar pasar algún tiempo significativo con ellos. Haga un plan. Es imposible construir una casa sin un plano. Para construir una familia basada en la unidad y el amor es necesario planificar. Una noche familiar les ayudará a realizar esto.

Para lograrlo es necesario:

  •  Elegir una hora específica de la semana, reservada estrictamente para la familia.
  •  Eliminar cualquier tipo de distracción.
  •  Que los miembros de su familia sepan que ese tiempo es para la familia.
  •  Separar un tiempo con su familia, pues eso trae un mensaje poderoso, más que las palabras.
  •  Lograr la participación espontánea y organizada de los miembros del hogar.
  •  Que los padres sean los responsables de liderar esta iniciativa.
  •  Que la reunión no sea muy larga. Los puntos que no fueron tratados por tiempo pueden incluirse la siguiente semana.

El programa tiene que ser informal, y puede contener los siguientes puntos:

  1.  Inicien con una oración.
  2.  Lean algunos párrafos relacionados con la familia.
  3.  Conversen sobre los planes familiares, sean las vacaciones, compras, dificultades y desafíos para mejorar las relaciones familiares.
  4.  Planifiquen un calendario de actividades, donde aparezcan las responsabilidades de la casa. Estudien las reglas internas de la familia, etc. Los hijos pueden hablar tranquilamente sobre los temas que merecen más atención.
  5.  Oren por las necesidades de la familia y por otras familias.
  6.  Dediquen tiempo a la recreación familiar. Pueden disfrutar de una comida especial.

La idea de una reunión familiar formal por semana crea una atmósfera de verdadero amor, ayuda a la integración familiar y brinda un clima de paz y armonía.
La mayoría de los hechos que ocurren en el hogar generalmente no se discuten formalmente en la familia.
Por ejemplo, para la compra de un auto a veces surge la iniciativa cuando el padre que cree que ya es el momento de cambiar el auto y lo comparte, en algún momento con la esposa; luego, en el momento en que se presenta la oportunidad lo compra. ¿No es así? Qué bueno sería poner en la agenda de la reunión familiar ese tema para discutirlo con el resto de la familia. Incluso cuando los niños son pequeños se les puede contar sobre el color, la marca y el precio. También se les puede explicar a los miembros de la familia cómo se pagará. Y así, serán parte del proceso de compra.

“Cuánto más estrechamente estén unidos los miembros de una familia en lo que tienen que hacer en el hogar, tanto más elevadora y servicial será la influencia que ejerzan fuera del hogar […] Lo que el mundo necesita no es tanto grandes intelectos como hombres buenos que sean una bendición en sus hogares” (El hogar cristiano, p. 31).
¿Ya pensaron en que si todas las familias tuvieran una noche exclusiva para la familia, cuántos problemas se evitarían, cuántas barreras se romperían?

Converse con su cónyuge y defina un día para la noche familiar en su casa. Será realmente una bendición.

Edison Choque Fernández

 

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