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Mejore su vida de pareja

En el famoso sermón del Monte, en la playa de Galilea, Jesús contó la parábola del hombre prudente y del hombre insensato citada en Mateo 7:24-27.


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El necio construyó su casa en la arena

En el famoso sermón del Monte, en la playa de Galilea, Jesús contó la parábola del hombre prudente y del hombre insensato citada en Mateo 7:24-27. Acerca del escenario de aquel día, prefiero pensar que Jesús habló en la base de la colina que le sirvió de anfiteatro. Así la acústica sería mejor, y la multitud sentada a mayor altitud podría entender su mensaje.

El Maestro habló de dos tipos de personas, los prudentes y los insensatos. Lo que diferencia a unos de otros, en la parábola, es su actitud para con la construcción de una casa. Uno opta por un fundamento en la roca, y el otro prefiere construir en la arena. El hombre prudente considera la estabilidad, el insensato la comodidad.

¿Y qué tiene que ver esto coN el casamiento?

¿Usted se dio cuenta que cuando dos amigos se encuentran, en general, comentan el progreso de sus hijos, y casi no hablan de su marido o mujer? Parece que algunas personas guardan dentro de sí las decepciones de la vida matrimonial y ponen sus esperanzas en los hijos.

La parábola de Jesús tiene mucho que ver con el casamiento, porque la felicidad de cada una de las personas casadas depende en gran medida de la forma en que están actuando en el papel de constructores de su propia “casa” o matrimonio. ¿Están siendo prudentes o insensatos? ¿Cuál ha sido su papel como obrero en la construcción de su matrimonio? En ese caso la palabra matrimonio es más apropiada que familia, porque los hijos crecen y se van, y solamente permanece el marido y la mujer (o por lo menos así debería ser) hasta que la muerte los separe.

Tres dimensiones de la construcción

Lo que determinará el éxito de un matrimonio en la construcción de su casa es la actitud que cada uno de ellos tiene en relación al futuro, al presente y a lo que quedó en el pasado. Veamos primeramente el futuro. Se puede tener tres actitudes:

  1. La perspectiva de que saldrá ganando con el casamiento. Esto puede generar frustración o rebeldía con el cónyuge.
  2. La sensación de que saldrá perdiendo. Quien tiene  esa expectativa para con el cónyuge está equivocado, porque cualquier esfuerzo o emprendimiento que realice siempre estará acompañado por un sentimiento de inseguridad y fracaso.
  3. La disposición de donar. Cuando entregamos alguna cosa por libre voluntad, sentimos la sensación de realización y felicidad. Este es el modelo que el apóstol Pablo encontró en Cristo: “Maridos, amad a vuestras mujeres, así como Cristo amó a la iglesia, y se entregó a sí mismo por ella” (Efesios 5:25).

Veamos ahora las posiciones que se pueden tomar con las cosas del presente, o con lo que sucede en el día a día. Cuando está construyendo, se puede comportar de dos formas: realizar una obra de competición o de cooperación.

  1. Hay competición cuando cada uno quiere demostrar que sabe hacer las cosas mejor que el otro, que se equivoca menos o que no se equivoca. La competencia genera rivalidad y rompe la armonía de aquello que se está haciendo de forma conjunta. Imagine una pareja pintando una casa: cuando uno decide pintar una pared azul, el otro decide pintar amarillo; uno decide poner ventanas de metal, y el otro compra ventanas de madera. La casa puede estar hecha de materiales de buena calidad, pero corre el riesgo de perder la estética y la belleza.
  2. Cuando, en vez de competir, existe la cooperación, ambos comienzan a construir dentro de los mismo parámetros. La casa podrá ser simple, pero habrá dos cosas favorables, la armonía y el sentimiento de participación.

El tercer tema se refiere a la actitud que la pareja tiene para con las cosas que sucedieron en el pasado. Hace unos días visité la construcción de un amigo, y primero pasamos por los espacios interiores, y él no dijo nada. Pero una vez que salimos, apuntó a una de las paredes exteriores y dijo: “voy a mandar a sacar el revoque y hacerlo de nuevo”. Aquel propietario tenía dos opciones  en relación al trabajo mal hecho, olvidarlo o hacer el  revoque nuevamente. Nosotros podemos tener las mismas alternativas en relación a las cosas del pasado que fueron hechas de manera equivocada.

  1. Olvidar. Por más que alguien se esfuerce, es casi imposible. Como en el caso de la construcción que citamos, todas las veces que uno de los dos ve el “revoque” mal hecho, recuerda las tonterías hechas en el pasado.
  2. Reconstruir. Esta actitud puede ser caracterizada por el sentimiento verdadero de perdón. Es parecida a la disposición honesta de sacar lo que está mal hecho y poner un material nuevo en reemplazo del anterior. Eso siempre da mucho trabajo, pero  hay felicidad en el acto de reconstruir lado a lado con la persona que se ama, o con alguien con el que no funcionaron las cosas bien en el pasado.

Dos tipos de Suelo

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Y el sabio construyó su casa sobre la roca

Cuando volvemos nuestra mirada a la parábola, observamos que Jesús también llama la atención de los oyentes hacia los cimientos de la casa. El hombre insensato construyó sobre la arena, y el hombre prudente sobre la roca. Y cuando la tempestad arrecia, la casa en la arena cae, y la que está en la roca permanece. El Maestro enseñó que no debemos confundir la felicidad con una sensación falsa de bienestar.

Construir en la arena es priorizar la comodidad, o todos los tipos de bienestar que una sociedad consumista intenta hacer creer a las personas que son indispensables para tener felicidad. La parábola advierte a las parejas de este problema,  demostrando que las cosas superficiales no resisten la tormenta.

Construir en la roca es priorizar la estabilidad. El verdadero bienestar está ligado al sentido común que la pareja tiene en relación al futuro, al presente y al pasado.

Mirar hacia el futuro con responsabilidad y teniendo la disposición de entregarse el uno al otro, es el primer paso para una relación que será duradera. Y si las cosas no funcionan, el secreto es perdonar y reconstruir con amor la parte que fue “mal hecha”. Vale la pena preservar la armonía y la belleza del casamiento.

Paulo Pinheiro, Revista Sinais dos Tempos, 1999, Casa Publicadora Brasileña

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