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CÓMO HACER BRILLAR LA LUZ MENOR EN NUESTROS HOGARES

LAS NUEVAS GENERACIONES SON EL PRESENTE Y EL FUTURO DE LA IGLESIA Y JUSTAMENTE ESOS GRUPOS SON LOS QUE ESTÁN MENOS INVOLUCRADOS CON NUESTRA HERENCIA PROFÉTICA. ¿QUÉ RESPUESTA DAREMOS A ESE DESAFÍO?   Un cuidado especial que me vino a la mente al preparar este artículo, fue no hacer referencias a Elena G. de White […]


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LAS NUEVAS GENERACIONES SON EL PRESENTE Y EL FUTURO DE LA IGLESIA Y JUSTAMENTE ESOS GRUPOS SON LOS QUE ESTÁN MENOS INVOLUCRADOS CON NUESTRA HERENCIA PROFÉTICA. ¿QUÉ RESPUESTA DAREMOS A ESE DESAFÍO?

 

Un cuidado especial que me vino a la mente al preparar este artículo, fue no hacer referencias a Elena G. de White y no usar sus consejos de tal manera que parezca lo que no es.

Muchas veces su nombre y sus citas se usan para dar apoyo a convicciones personales, que no corresponden a los propósitos originales de sus testimonios.

Mi deseo es que la Mensajera del Señor (como ella apreciaba que la llamaran) y sus escritos, sean siempre presentados bajo una perspectiva positiva y motivadora, para que sus enseñanzas sean aceptadas con humildad y recibidas con disposición.

Vean que datos interesantes tenemos sobre su persona y obra: “Elena de White es sin duda la adventista del séptimo día más influyente que vivió. Su dirección profética orientó la creación, y posteriormente, el desarrollo de la iglesia. Después de su muerte el 16 de julio de 1915, sus escritos continúan ofreciendo ánimo, dirección y corrección a la iglesia. Hoy es una de las escritoras más traducidas en toda la historia y es el ‘escritor americano más traducido de los Estados Unidos, considerando ambos sexos”. Otra información valiosa nos trae Marcos De Benedicto: “En 2014, la revista Smithsonian clasificó a Elena de White como una de las cien personalidades más influyentes de la historia norteamericana, en un selecto grupo de solo 11 personas en la categoría de figuras religiosas”.

Es con esa perspectiva positiva, de profundo respeto por la persona que ella fue y por su autoridad profética, que deseamos destacar la importancia de los escritos inspirados para la felicidad de la familia. Encontramos sus principales consejos sobre ese tema reunidos especialmente en dos libros El hogar cristiano y La conducción del niño. Estos contienen un verdadero tesoro de enseñanzas, testimonios y exhortaciones sobre el hogar cristiano, relaciones conyugales, espiritualidad de la familia, educación de los hijos y varios otros temas. Pero, ¿por qué deberíamos prestar atención a los escritos de una persona que vivió en el siglo XIX? ¿Sus consejos todavía son relevantes? ¿Hacen alguna diferencia en la vida de quien los lee?

Para responder esas preguntas, recurrimos a una encuesta de gran valor y repercusión entre los adventistas, que fue conducida por el Instituto de Ministerio de la Iglesia (ICM) de Andrews University, la escuela de Teología de nuestra Iglesia más antigua y mejor conceptuada. Se realizó en 1980 y fueron entrevistados 8.200 adventistas de 193 iglesias de la División Norteamericana. Roger Dudley y Des Cummings Jr. escribieron un artículo, titulado “¿Quién lee Elena de White?”, que fue publicado en la Revista Ministry, en octubre de 1982, y posteriormente en la Revista El Ministerio Adventista, en la edición de julio/agosto de 1984, donde fueron presentados los resultados de ese estudio.

En la conclusión, los autores afirmaron que difícilmente un instrumento de investigación presenta pruebas con fundamento tan fuerte como las que ellos encontraron, indicando acentuadas diferencias entre la espiritualidad de los adventistas. “En la encuesta el miembro que estudia regularmente los libros de Elena de White tiende a una clasificación más elevada que el miembro que los lee solo ocasionalmente o nunca lee. En algunos ítems, la diferencia es pequeña, de solo tres o cuatro puntos porcentuales, pero en la mayoría de los ítems, la proporción es grande, llegando a una diferencia de veinte o treinta puntos porcentuales”.

Sin embargo, nos advierten que debemos tener cuidado de no afirmar que los que leen el Espíritu de Profecía son más espirituales que los no lectores habituales; pero “el estudio muestra que hay una correlación directa entre los varios ítems investigados y el estudio de las obras de Elena de White. […] Es sorprendente que el contraste entre esos dos perfiles (lectores y no lectores del Espíritu de Profecía) se presente en tantos ítems de la encuesta y con una diferencia tan grande. Con seguridad, la implicancia es que la lectura regular de los libros de Elena de White hace una diferencia positiva en la vida y el testimonio cristiano. En el promedio existe una marcada diferencia”.

 

RELEVANCIA

 

Los resultados de esa encuesta presentaron respuestas satisfactorias sobre la validez y la relevancia de esos escritos para la vida espiritual; pero, surgen nuevas preguntas: ¿Qué podemos aprender de ese estudio? ¿Qué existe de relevante en él que pueda ser aplicado al tema de este artículo? En primer lugar, los resultados de la encuesta deben desafiar a pastores y líderes “a incentivar y promover el estudio regular de los escritos de Elena de White”, como sugirieron los propios autores.

 

El hogar cristiano y La conducción del niño contienen un verdadero tesoro de enseñanzas, testimonios y exhortaciones sobre el hogar cristiano, las relaciones conyugales, la espiritualidad de la familia, educación de los hijos y varios otros temas.

 

Un desafío mayor todavía es integrar a los jóvenes y a los niños en la lectura y estudio de los escritos inspirados. Las generaciones nuevas son el presente y el futuro de la iglesia y justamente esos grupos son los que menos involucrados están con nuestra herencia profética. ¿Qué respuestas daremos a ese desafío?

Acciones pequeñas y prácticas sencillas pueden hacer mucha diferencia, de la misma forma que una cantidad pequeña de sal altera el sabor de los alimentos. Separar tiempo diario y sistemático para el culto familiar, por la mañana y por la noche, será de gran relevancia. Son en esos momentos que se pueden usar los libros del Espíritu de Profecía, especialmente de noche, cuando se dispone de un poco más de tiempo.

El matrimonio debe encontrar un tiempo adicional para mantener la unidad conyugal y fortalecerse espiritualmente. El marido y padre es el sacerdote del hogar y debe liderar esa actividad con la ayuda de la esposa y madre. Necesitan leer y orar juntos, y prepararse para cuidar de los hijos con sabiduría, amor y firmeza. Esa es una cuestión de vida o de muerte espiritual y la decisión que deberán tomar es: ¿Qué principios y valores elegirán para orientar las decisiones de dirigir la familia? Los que aceptan oír la Palabra de Dios, encontrarán muchas bendiciones: “La influencia de un hogar cristiano cuidadosamente custodiado en los años de la infancia y la juventud, es la salvaguardia más segura contra las corrupciones del mundo. En la atmósfera de un hogar tal, los niños aprenderán a amar a sus padres terrenales y a su Padre celestial. ‘[…] escoge, pues, la vida, para que vivas tú y tu descendencia’ (Deut. 30:19)” (HC, 15).

 

REFLEXIÓN

¿Cómo ser un ejemplo para las nuevas generaciones referente al estudio de los libros del espíritu de profecía?

¿Cómo motivar a los niños y jóvenes a tener una impresión positiva de Elena de White y a apreciar la lectura de sus escritos?

¿Qué tal si tomamos la decisión de introducir la lectura de un párrafo de los escritos inspirados en los cultos familiares cada noche?

 

Helio Carnassale es teólogo y director del área de

Espíritu de Profecía (escritos de Elena de White)

de la Iglesia Adventista en ocho países sudamericanos.

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