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TEMAS PRINCIPALES DE 1 Y 2 PEDRO | Lección 13: Para el 24 de junio de 2017

LEE PARA EL ESTUDIO DE ESTA SEMANA: Isaías 53:5, 6, 9; Levítico 16:16-19; 11:44; Romanos 13:1-7; 1 Corintios 14:40; 2 Timoteo 3:16.. PARA MEMORIZAR: “Quien llevó él mismo nuestros pecados en su cuerpo sobre el madero, para que nosotros, estando muertos a los pecados, vivamos a la justicia; y por cuya herida fuisteis sanados” (1 [...]


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LEE PARA EL ESTUDIO DE ESTA SEMANA: Isaías 53:5, 6, 9; Levítico 16:16-19; 11:44; Romanos 13:1-7; 1 Corintios 14:40; 2 Timoteo 3:16..

PARA MEMORIZAR: Quien llevó él mismo nuestros pecados en su cuerpo sobre el madero, para que nosotros, estando muertos a los pecados, vivamos a la justicia; y por cuya herida fuisteis sanados” (1 Ped. 2:24).

PRIMERA Y SEGUNDA DE PEDRO fueron escritas con propósitos prácticos. En 1 Pedro, la gran temática que abordó Pedro fue la persecución que estaban enfrentando los cristianos. En 2 Pedro, la gran temática fueron los falsos maestros.
Pedro escribió enérgica y autoritativamente, intentando animar a sus lectores y advertirles con respecto a los desafíos que tenían por delante.
Lo importante es que Pedro responde a ambas problemáticas en términos teológicos. El sufrimiento causado por la persecución llevó a Pedro a meditar en los sufrimientos y la muerte de Jesús, que resultó en nuestra salvación. Los falsos maestros habrían de enfrentar la realidad del Juicio, que ocurrirá después de que Jesús regrese a esta Tierra. Estos son algunos de los temas que trata Pedro en sus dos cartas. La lección de esta última semana se enfocará con más detalle en cinco de los temas de los que escribió Pedro: el sufrimiento de Jesús que llevó a nuestra salvación; nuestra respuesta práctica al conocimiento de que Dios juzgará nuestras acciones en el Juicio Final; la esperanza que tenemos en el pronto regreso de Jesús; el orden en la sociedad y en la iglesia; y el papel que tiene la Escritura en proveer una guía para nuestra vida.

EL SUFRIMIENTO, JESÚS, Y LA SALVACIÓN

Lee los siguientes pasajes de 1 Pedro y anota lo que cada uno revela acerca de la salvación:
1:2
1:8, 9
1:18, 19
2:22-25
3:18

Cuando Pedro menciona la salvación, generalmente es en el contexto de los sufrimientos de Jesús como Sustituto de los pecadores. Por ejemplo, en 1 Pedro 2:22 al 24, cuando Pedro escribe acerca del sufrimiento de Jesús, utiliza un lenguaje que refleja a Isaías 53:5, 6 y 9. “[Jesús] llevó él mismo nuestros pecados en su cuerpo” sobre la Cruz y “por cuya herida fuisteis sanados” (1 Ped. 2:24) revelan las ideas de sustitución y sacrificio.
En muchos de los sacrificios descritos en la Biblia hebrea, los pecadores traían sus ofrendas al Templo y ponían sus manos sobre los animales. Este acto transfería simbólicamente el pecado del pecador al animal, que luego moría en lugar del pecador (Lev. 4:29, 30, 33, 34; 14:10-13). La impureza del pecado que se acumulaba en el altar era purificada y quitada en el Día de la Expiación (Lev. 16:16-19).
La sangre del sacrificio jugaba un papel importante en la expiación por el pecado. Los cristianos han sido comprados por la sangre preciosa de Jesús (1 Ped. 1:18, 19). Pablo, también, expresó la misma idea de sustitución: Jesús, quien no conoció pecado, se hizo pecado por nosotros (2 Cor. 5:21). Como declara 1 Pedro 3:18, Cristo sufrió por los pecados, el justo (Jesús) por los injustos (nosotros).
Al igual que Pablo (Rom. 3:21, 22), Pedro enfatiza la necesidad de fe. Como dice a sus lectores: “A quien amáis sin haberle visto [...] obteniendo el fin de vuestra fe, que es la salvación de vuestras almas” (1 Ped. 1:8, 9). La salvación no se gana con un comportamiento piadoso, sino que es otorgada cuando creemos en lo que Jesús ha hecho por nosotros y lo aceptamos como nuestro Salvador personal. Nuestra seguridad se halla en él, no en nosotros. Si estuviera en nosotros, ¿qué seguridad real tendríamos?

¿Por qué es Jesús, nuestro Sustituto, la gran esperanza de salvación? ¿Qué consuelo puedes obtener de esta maravillosa verdad?

¿CÓMO DEBERÍAMOS VIVIR?

Una temática a la que vuelve Pedro más a menudo que cualquier otra es presentada en la exhortación que hace en 2 Pedro 3:11: “Puesto que todas estas cosas han de ser deshechas, ¡cómo no debéis vosotros andar en santa y piadosa manera de vivir!”

Lee los siguientes textos. ¿Qué dice Pedro acerca del comportamiento cristiano? 1 Ped. 1:15-17, 22; 2:1; 3:8, 9; 4:7-11; 2 Ped. 3:11.

Pedro considera el comportamiento cristiano en muchos lugares de sus dos cartas, y cierto número de aspectos reaparecen una y otra vez. Primeramente, Pedro enfatiza dos veces la relación entre el juicio de Dios y el comportamiento
cristiano (1 Ped. 1:17; 2 Ped. 3:11). Dios juzgará las acciones de todos. Así, un cristiano debería vivir una vida de santidad.
Segundo, varias veces Pedro menciona que los cristianos deberían ser santos.
En la Biblia hebrea, las cosas que son santas son puestas aparte para ser usadas en el Templo (Éxo. 26:34; 28:36; 29:6, 37) o para los propósitos de Dios (por ejemplo, el sábado; Gén. 2:3). De hecho, el plan de Dios era que su pueblo fuera santo, así como él es santo, un tema que también menciona Pedro (Lev. 11:44; 19:2; 1 Ped. 1:15, 16). El proceso de poner algo aparte como santo se llama “santificación”, y el deseo de Pedro es que sus lectores sean santificados por el Espíritu y sean obedientes a Jesús (1 Ped. 1:2).
Tercero, Pedro provee algunos detalles en cuanto al tipo de comportamiento apropiado para aquellos que son santificados. Deberían desechar la malicia, el engaño, la hipocresía, la envidia y las calumnias (1 Ped. 2:1). Deberían tener unidad de espíritu, amor los unos por los otros y una mente humilde (1 Ped. 3:8, 9).
Deberían tener bondad, piedad y amor (2 Ped. 1:5-7). De hecho, deben mantener amor constante (1 Ped. 4:7-11). Por último, Pedro insta a sus lectores a echar todas sus ansiedades sobre Jesús (1 Ped. 5:7).

¿Cómo podemos aprender a animarnos los unos a los otros de manera que no implique emitir juicio, y a vivir la clase de vida a la que Pedro nos está llamando en sus epístolas?

ESPERANZA EN LA SEGUNDA VENIDA

Lee los siguientes textos de 1 Pedro, y anota lo que se dice acerca de eventos futuros:
1:4
1:17
4:5, 6
4:17
2 Ped. 3:1-10

Una de las problemáticas cruciales que enfrentaban aquellos que leyeron y escucharon 1 Pedro por primera vez era la persecución. Pedro consuela a sus lectores con el pensamiento de que, aun cuando su vida pueda ponerse difícil por causa de la persecución, hay una recompensa futura que les espera en el cielo, una recompensa que no les será quitada. En el mismo inicio de su primera carta, Pedro menciona que los cristianos tienen una herencia incorruptible en el cielo para ellos (1 Ped. 1:4).
Pedro resalta dos cosas que ocurrirán en el futuro: el Juicio Final y la destrucción del mal por fuego. En otras palabras, Pedro muestra que, aunque ahora haya persecución, se hará justicia y juicio, y los creyentes recibirán su recompensa eterna.
Pedro menciona el Juicio en tres lugares diferentes (1 Ped. 1:17; 4:5, 6, 17). Dice que Dios el Padre juzga a todos los seres humanos  imparcialmente según sus obras (1 Ped. 1:17). Señala que Jesús mismo está listo para juzgar a los vivos y a los muertos (1 Ped. 4:5). Y también hace la observación intrigante de que el Juicio comienza por la casa de Dios (1 Ped. 4:17).
Pedro también enfatiza que “los hombres impíos” serán destruidos en una tormenta de fuego global (2 Ped. 3:7).
Pedro dedica tiempo a tratar con los problemas que surgían en cuanto a si Jesús verdaderamente iba a regresar (2 Ped. 3:1-10). Señala que la “demora” de la segunda venida de Jesús tiene el propósito de permitir que las personas se arrepientan y sean salvas. También señala que la certeza de un ajuste de cuentas futuro debería convencer a todos de vivir una vida santa y sin mancha.
Así, por mucho que Pedro esté enfocado en el aquí y el ahora, y en la vida cristiana práctica, aún mantiene ante sus lectores la esperanza futura que les espera. En síntesis, cualesquiera que sean las circunstancias del momento, deben avanzar en fe y obediencia.

¿Por qué nosotros también debemos avanzar en fe y obediencia, más allá de las circunstancias? ¿Qué otra opción hay?

ORDEN EN LA SOCIEDAD Y EN LA IGLESIA

Lee los siguientes pasajes. ¿Qué dice Pedro en estos textos acerca de la importancia del liderazgo del Gobierno y de la iglesia, y cómo deberían responder los cristianos a ambos? ¿Cómo deberían aplicarse sus palabras a nuestras situaciones actuales, más allá del lugar en que nos toque vivir?
1 Ped. 2:11-21
1 Ped. 5:1-5

Pedro vivía en una época en que los cristianos eran ocasionalmente perseguidos por el Gobierno y por las autoridades religiosas. Esto hace que sea muy importante lo que él y Pablo tienen para decir acerca del papel apropiado de las autoridades gubernamentales (1 Ped. 2:13-17; Rom. 13:1-7). Tanto para Pedro como para Pablo, las autoridades terrenales han sido puestas por Dios mismo para actuar como freno para aquellos que hacen maldad. Por supuesto, hay momentos en los que los poderes gobernantes pueden ser un problema. Los cristianos enfrentaban esto en la época de Pedro, y solamente habría de empeorar durante muchos años.
Pero, por lo general, la idea es que un buen Gobierno debería preservar la ley y el orden, y la seguridad. Aún hoy, hay ejemplos en los que la ley y el orden han sido quebrantados, y uno puede ver la necesidad desesperada de un Gobierno razonable. Es verdad, un buen Gobierno es una de las bendiciones que Dios ha dado a la humanidad.
Sin dudas, Pedro compartiría la convicción de Pablo de que también es importante un buen gobierno eclesiástico. Pablo insiste: “Hágase todo decentemente y con orden” (1 Cor. 14:40), en los servicios de adoración de la iglesia. Pedro también pide a los líderes de la iglesia: “Apacentad la grey de Dios que está entre vosotros, cuidando de ella” (1 Ped. 5:2). Han de hacerlo con humildad y cuidado.
Las iglesias locales también necesitan ser guiadas bien. Los buenos líderes proveen visión y coherencia, y capacitan a otros para ejercer sus dones espirituales para la gloria de Dios.

Primera de Pedro 5:5 dice que debemos revestirnos de humildad los unos para con los otros. ¿Cómo podemos aprender a hacer eso? ¿Qué puedes hacer tú mismo para aplicar esto en tus propias interacciones con los demás?

LA PRIMACÍA DE LAS ESCRITURAS

Lee los siguientes pasajes. ¿Qué dicen acerca de la Biblia que podría ayudarnos a entender qué papel debería tener hoy en nuestra vida y en nuestra fe?
1 Ped. 1:10-12
2 Ped. 1:16-20
2 Ped. 3:2
2 Ped. 3:16

En su segunda carta, Pedro confronta a los falsos maestros. Dirige la atención de sus lectores a dos fuentes de autoridad, cuando dice: “Para que tengáis memoria de las palabras que antes han sido dichas por los santos profetas, y del mandamiento del Señor y Salvador dado por vuestros apóstoles” (2 Ped. 3:2). Hoy, tenemos el mismo recurso de las palabras de los “santos profetas”, es decir, el Antiguo Testamento.
Los apóstoles ya no están vivos entre nosotros, por supuesto, pero en un sentido tenemos algo mejor: su testimonio inspirado, tal como es revelado en el Nuevo Testamento. Mateo, Marcos, Lucas y Juan nos dejaron la historia definitiva de la vida, la muerte y la resurrección de Jesús. En Hechos de los apóstoles, se nos ha dejado el registro de las actividades de los apóstoles. Y, de hecho, podemos leer las palabras inspiradas de los apóstoles mismos. Pablo escribe claramente sobre la autoridad de la Palabra de Dios (2 Tim. 3:16). Pedro, entonces, dirige la atención de sus lectores a la Escritura como la fuente de autoridad doctrinal y moral.
En 2 Pedro 3:16, Pedro advierte a sus lectores que, aun cuando la Escritura es la fuente de la verdad, sin una atención cuidadosa al mensaje que el Espíritu Santo desea que entendamos, la fuente de la verdad misma puede ser malinterpretada, y esto puede llevar a consecuencias terribles. Sus palabras deberían ser un buen recordatorio para nosotros ahora acerca de los principios básicos para estudiar la Biblia. Deberíamos leer todos los pasajes de las Escrituras con oración, con atención a su contexto dentro del capítulo, el libro y la Biblia entera misma. ¿De qué estaba hablando el autor específicamente cuando lo escribió? Deberíamos leerlo a la luz de las circunstancias históricas en que fue escrito. En el caso de 1 y 2 Pedro, sería el contexto del Imperio Romano del siglo I. Deberíamos leer la Biblia en búsqueda de aprendizaje espiritual y conscientes de que la salvación otorgada gracias a la muerte expiatoria de Cristo es el centro del mensaje bíblico (1 Ped. 1:10-12). Por último, deberíamos leer la Biblia en el contexto de nuestra propia vida. ¿Qué verdad desea Dios que recibamos?
¿Cómo podemos aplicar la Palabra a nuestra propia vida, de manera que sea una contribución positiva para el Reino de Dios?

PARA ESTUDIAR Y MEDITAR: Incluso en medio de una densa teología, las cartas de Pedro colocan un fuerte énfasis en la vida cristiana y en cómo deberíamos tratarnos los unos a los otros. En otras palabras, si bien necesitamos conocer la verdad tal como es en Jesús, también necesitamos vivir la verdad.
Cerca del inicio, nos encontramos con estas importantes palabras: “Habiendo purificado vuestras almas por la obediencia a la verdad, mediante el Espíritu, para el amor fraternal no fingido, amaos unos a otros entrañablemente, de corazón puro” (1 Ped. 1:22). Nota cómo Pedro relaciona la purificación de nuestra alma con la obediencia a la verdad. La verdad nos cambia, haciéndonos personas que se aman mutuamente con fervor y “de corazón puro”. La obediencia, la pureza del corazón y el amor, tres cosas que están relacionadas entre sí. Este es el ideal al que deberíamos aspirar. ¿Puedes imaginar cuán diferente sería nuestra vida y nuestras iglesias si siguiéramos este consejo? Piensa en lo que haría por la unidad de la iglesia, por ejemplo. “Hermanos, ¿llevaréis el espíritu de Cristo con vosotros al regresar a vuestros hogares y a vuestras iglesias? ¿Suprimiréis la incredulidad y la crítica? Estamos llegando a un tiempo cuando como nunca antes tendremos que unirnos y trabajar conjuntamente. En la unión está la fuerza. En la discordia y la desunión hay tan solo debilidad” (MS 2:429).

PREGUNTAS PARA DIALOGAR
1. En 2 Pedro 3:12, el apóstol escribió que deberíamos estar “esperando y apresurando la venida del día de Dios, en el cual los cielos serán destruidos por fuego y los elementos se fundirán con intenso calor” (BLA). ¿Qué quiere decir con que deberíamos “apresurar” el Día de Dios? ¿De qué manera podemos apresurar el Día de Dios, es decir, la Segunda Venida?
2. Decimos que la naturaleza es el “segundo libro” de Dios. Lamentablemente, al igual que con el primer libro de Dios (la Biblia), este segundo libro puede ser malinterpretado también. Por ejemplo, para muchas personas el mensaje de diseño y propósito ha sido eliminado de la naturaleza, reemplazado por la noción darwiniana de mutación al azar y selección natural. El mundo, se nos dice, en realidad no ha sido diseñado; más bien, solamente nos parece que es así. ¿Cómo, entonces, hemos de leer e interpretar este segundo libro de la manera correcta? ¿Cuáles son los límites de lo que el segundo libro puede enseñarnos acerca de Dios? ¿Qué podemos obtener del primer libro que puede ayudarnos a entender
correctamente el segundo? ¿Qué sucede cuando nuestra interpretación de la naturaleza (el segundo libro) contradice nuestra interpretación de la Biblia (el primer libro)? ¿Dónde está el problema?

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