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RELACIONES SOCIALES | Lección 4: Para el 22 de abril de 2017

LEE PARA EL ESTUDIO DE ESTA SEMANA: Lucas 5:1-11; Mateo 16:13-17; 14:22-33; Lucas 22:31-33, 54-62; Gálatas 2:11-14. PARA MEMORIZAR: “Y ante todo, tened entre vosotros ferviente amor; porque el amor cubrirá multitud de pecados” (1 Ped. 4:8). LA CARTA DE PEDRO TAMBIÉN ABORDA de frente algunos problemas sociales difíciles de su época. Por ejemplo, ¿cómo [...]


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LEE PARA EL ESTUDIO DE ESTA SEMANA: Lucas 5:1-11; Mateo 16:13-17; 14:22-33; Lucas 22:31-33, 54-62; Gálatas 2:11-14.

PARA MEMORIZAR: Y ante todo, tened entre vosotros ferviente amor; porque el amor cubrirá multitud de pecados” (1 Ped. 4:8).

LA CARTA DE PEDRO TAMBIÉN ABORDA de frente algunos problemas sociales difíciles de su época. Por ejemplo, ¿cómo debían vivir los cristianos ante un Gobierno opresivo y corrupto (el Imperio Romano pagano), tal como lo experimentaban la mayor parte de ellos en ese  entonces? ¿Qué dijo Pedro a sus lectores, y qué significan sus palabras para nosotros hoy? ¿Cómo debían reaccionar los esclavos cristianos cuando sus amos los trataban dura e injustamente? Aunque las relaciones modernas entre empleador y empleado son diferentes de las relaciones de amo y esclavo del primer siglo, lo que dice Pedro sin duda resonará en los oídos de quienes tienen que lidiar con jefes poco razonables. Qué fascinante resulta que Pedro señale a Jesús y a cómo respondió ante el maltrato como ejemplo de cómo deberían actuar los cristianos cuando enfrentan lo mismo (1 Ped. 2:21-24).
¿Cómo deberían los esposos y las esposas interactuar el uno con el otro, especialmente cuando difieren en asuntos tan fundamentales como la confesión religiosa?
Por último, ¿cómo deberían relacionarse los cristianos con el orden social cuando, de hecho, el orden social y/o político pueda ser decididamente corrompido y contrario a la fe cristiana?

IGLESIA Y ESTADO

Aunque fue escrita hace mucho tiempo, la Biblia toca temas muy relevantes hoy, tales como las relaciones entre los cristianos y su Gobierno.
En algunos casos, es bastante obvio. Apocalipsis 13 habla acerca de un tiempo en el que obedecer a los poderes políticos significará desobedecer a Dios. En tal caso, nuestra decisión es clara. (Ver el estudio del jueves.)

Lee 1 Pedro 2:13 al 17. ¿Qué nos está indicando aquí la Palabra acerca de cómo deberíamos relacionarnos con el Gobierno?

La maldad del Imperio Romano era bien conocida para aquellos que vivían dentro de sus fronteras. Había crecido bajo la voluntad un tanto caprichosa de hombres ambiciosos que utilizaban la fuerza militar despiadada. Confrontaba toda
resistencia con violencia. La tortura sistemática y la muerte por crucifixión eran solamente dos de los horrores que infligía sobre aquellos a quienes castigaba. El Gobierno romano era un antro de corrupción y nepotismo. La elite gobernante ejercía poder con total arrogancia y crueldad. A pesar de todo esto, Pedro insta a sus lectores a aceptar la autoridad de toda institución humana en el Imperio, desde el emperador hasta el gobernador (1 Ped. 2:13, 14).
Pedro argumenta que los emperadores y los gobernadores castigan a aquellos que actúan mal, y alaban a los que hacen el bien (1 Ped. 2:14). Al hacerlo, juegan un papel importante en modelar a la sociedad. De hecho, a pesar de todos sus males, el Imperio Romano proveyó estabilidad.
Trajo libertad de la guerra. Distribuía justicia severa, pero, aun así, una justicia basada en la regulación de la ley. Construyó caminos y estableció un sistema monetario para suplir sus necesidades militares. Al hacerlo, Roma creó un ambiente en el que la población pudo crecer y, en muchos casos, prosperar. Bajo esta luz, los comentarios de Pedro acerca del Gobierno tienen mucho sentido. Ningún Gobierno es perfecto, y ciertamente no lo era aquel bajo el que se encontraban
Pedro y la iglesia a la que escribió. Así que, lo que podemos aprender de él es que los cristianos deben esforzarse por ser buenos ciudadanos, obedeciendo las leyes del país lo mejor que puedan, aun si el Gobierno bajo el que viven está lejos de ser perfecto.

¿Por qué es importante que los cristianos sean los mejores ciudadanos que puedan, incluso en situaciones políticas difíciles? ¿Qué puedes hacer para mejorar tu sociedad, aunque sea un poco?

AMOS Y ESCLAVOS

Lee 1 Pedro 2:18 al 23. ¿Cómo entendemos hoy el contenido difícil de estos versículos? ¿Qué principio podemos obtener de ellos para nosotros?

Una lectura cuidadosa de 1 Pedro 2:18 al 23 revela que, en vez de ser un apoyo a la esclavitud, el texto provee consejos espirituales sobre cómo pensar en las circunstancias difíciles que, en ese tiempo, no podían ser cambiadas.
La palabra traducida como “criados” o “siervos” en 1 Pedro 2:18, oiketes, se utilizaba específicamente para referirse a los esclavos domésticos. La palabra más común para esclavo, doulos, es utilizada en Efesios 6:5, un pasaje que provee
consejos similares para los esclavos.
En el Imperio Romano, donde prevalecían los estratos sociales, los esclavos eran considerados una posesión legal bajo el control absoluto de sus amos, quienes los podían tratar bien o con crueldad. Los esclavos provenían de muchas fuentes:
ejércitos vencidos, hijos de esclavos, o aquellos que eran “vendidos” para pagar sus deudas. Algunos esclavos recibían grandes responsabilidades. Algunos administraban las fincas de sus amos. Otros administraban las inversiones en propiedades y negocios de sus amos, y algunos incluso educaban a los hijos de sus amos.
La libertad de un esclavo podía ser comprada, en cuyo caso se describía al esclavo como “redimido”. Pablo utiliza este lenguaje para describir lo que Jesús ha hecho por nosotros (Efe. 1:7; Rom. 3:24; Col. 1:14; 1 Ped. 1:18, 19).
Es importante recordar que muchos de los primeros cristianos eran esclavos. Como tales, se encontraban atrapados por un sistema que no podían cambiar.
Aquellos desafortunados que tenían amos duros y poco razonables se encontraban en situaciones particularmente difíciles; incluso aquellos con mejores amos podían enfrentar circunstancias difíciles. Las instrucciones de Pedro para todos
los cristianos que eran esclavos coinciden con otras declaraciones del Nuevo Testamento. Deben someterse y soportar, así como Cristo se sometió y soportó (1 Ped. 2:18-20). No hay mérito para aquellos que sufren penalidad por haber hecho
el mal. No, el verdadero espíritu de Cristo se revela cuando sufren injustamente.
Al igual que Jesús, en esos momentos los cristianos no han de devolver con violencia, ni amenazas, sino confiarse a Dios, quien juzgará rectamente (1 Ped. 2:23).

¿Qué aplicaciones prácticas podemos tomar de lo que escribió Pedro aquí? ¿Significa, entonces, que nunca debemos defender nuestros derechos? Lleva tu respuesta a la clase el sábado.

ESPOSAS Y ESPOSOS

Lee 1 Pedro 3:1 al 7. ¿Qué circunstancias especiales está abordando Pedro en este pasaje? ¿De qué manera es relevante lo que está diciendo para el matrimonio en la sociedad actual?

Hay una pista importante en el texto que permite al lector cuidadoso dilucidar la problemática con la que trata Pedro en 1 Pedro 3:1 al 7. En el capítulo 3, el versículo 1, Pedro dice que está hablando acerca de esposos que “no creen a la palabra”. En otras palabras, Pedro está hablando acerca de lo que debería suceder cuando una esposa que es cristiana está casada con un esposo que no lo es (incluso cuando el número de no creyentes es menor).
Una esposa cristiana podría encontrar muchas dificultades al estar casada con un esposo que no comparte su fe. ¿Qué debería ocurrir en estas circunstancias?
¿Debería separarse de su esposo? Pedro, al igual que Pablo en otros lugares, no sugiere que las esposas cristianas deban dejar a sus esposos no creyentes (ver 1 Cor. 7:12-16). Más bien, dice Pedro, las esposas con esposos que no son creyentes deben vivir vidas ejemplares.
Los papeles disponibles para las mujeres en el Imperio Romano del siglo I eran determinados en gran medida por la sociedad individual. Las esposas romanas, por ejemplo, tenían más derechos bajo la ley con respecto a propiedades y a la compensación legal que la mayoría de las mujeres a las que Pedro se está dirigiendo.
Pero, en algunas sociedades del siglo I, las mujeres eran excluidas de la política, el Gobierno y el liderazgo en la mayoría de las religiones. Pedro anima a las mujeres cristianas a tomar una serie de estándares que serían admirables en el contexto en el que se hallaban. Las anima a la pureza y la reverencia (1 Ped. 3:2). Sugiere que una mujer cristiana debería estar más interesada en su belleza interior que en el adorno de peinados ostentosos, joyas y vestiduras costosas (1 Ped. 3:3-5). Una mujer cristiana se conducirá de tal manera que sostendrá en alto el cristianismo ante quien vive con ella de un modo muy íntimo: su esposo.
Las palabras de Pedro no deberían ser tomadas por los esposos como una autorización para maltratar a sus esposas de modo alguno. Tal como lo señala Pedro, los esposos deberían mostrar consideración para con sus esposas (1 Ped. 3:7).
Aunque Pedro está abordando un tema específico (las mujeres cristianas casadas con hombres no creyentes), podemos ver un poco del ideal para el matrimonio cristiano: las parejas cristianas deberían vivir en apoyo mutuo, viviendo sus vidas con integridad transparente al adorar a Dios por medio de sus actividades diarias.

RELACIONES SOCIALES

Lee Romanos 13:1 al 7; Efesios 5:22 al 33; 1 Corintios 7:12 al 16; y Gálatas 3:27 y 28. ¿Cómo se compara lo que dice Pablo con lo que dice Pedro en 1 Pedro 2:11 al 3:7?

Pablo aborda algunas de las temáticas presentadas en 1 Pedro 2:11 al 3:7 en varios lugares. Lo que dice Pablo coincide increíblemente con lo que se halla en 1 Pedro. Por ejemplo, al igual que Pedro, Pablo insta a sus lectores a mantenerse
sujetos bajo las “autoridades públicas” (Rom. 13:1, NVI). Los gobernantes son señalados por Dios y causan temor a quienes obran mal, no bien (Rom. 13:3). Así, un cristiano debería seguir el siguiente consejo: “Pagad a todos lo que debéis:
al que tributo, tributo; al que impuesto, impuesto; al que respeto, respeto; al que honra, honra” (Rom. 13:7).
Pablo también enfatiza que las mujeres que están casadas con esposos no creyentes deberían vivir vidas ejemplares y, como resultado, sus esposos pueden unirse a la iglesia (1 Cor. 7:12-16). El modelo de Pablo del matrimonio cristiano
también es de mutualidad. Los esposos deberían amar a sus esposas como Cristo amó a la iglesia (Efe. 5:25). Además, sugiere que los esclavos deberían obedecer a sus amos terrenales como obedecerían a Cristo (Efe. 6:5).
Pablo, entonces, estaba dispuesto a trabajar dentro de los límites culturales del orden legal. Entendía qué podía y qué no podía ser cambiado de su cultura. Sin embargo, también veía algo dentro del cristianismo que terminaría transformando
la manera en que la sociedad piensa de las personas. Así como Jesús no buscaba producir ningún tipo de revolución política a fin de cambiar el orden social, tampoco lo hacían Pedro y Pablo. El cambio podía llegar, más bien, al dejar que la influencia de personas piadosas actuara en su sociedad.

Lee Gálatas 3:27 al 29. Aunque se trata claramente de una declaración teológica, ¿qué implicaciones sociales poderosas podría este texto tener con respecto a cómo los cristianos deben relacionarse el uno con el otro, considerando lo que
Jesús ha hecho por ellos?

PARA ESTUDIAR Y MEDITAR: Lee “El conflicto inminente”, “Nuestra única salvaguardia” y “El tiempo de angustia”, El conflicto de los siglos, pp. 639- 650; 651-660; 671-692.
Elena de White promovía que los adventistas del séptimo día fueran buenos ciudadanos y que obedecieran las leyes del país. Incluso dijo a las personas que no desobedecieran abiertamente ni flagrantemente las leyes dominicales locales; es decir, aunque deben santificar el sábado, como Dios mandó, no necesitan violar deliberadamente las leyes que prohíben el trabajo dominical. En un caso en particular, sin embargo, dejó claro que los adventistas no deben obedecer la ley. Si un esclavo se había escapado de su amo, la ley requería que el esclavo fuera devuelto a su amo. Elena de White protestó en contra de esa ley y dijo a los adventistas que no obedecieran, sin importar las consecuencias: “Cuando las leyes de los hombres entran en conflicto con la Palabra y la Ley de Dios, hemos de obedecer a estas últimas, cualesquiera que sean las consecuencias. No hemos de obedecer la ley de nuestro país que exige la entrega de un esclavo a su amo; y
debemos soportar las consecuencias de su violación. El esclavo no es propiedad de hombre alguno. Dios es su legítimo dueño, y el hombre no tiene derecho de apoderarse de la obra de Dios y llamarla suya” (TI 1:185).

PREGUNTAS PARA DIALOGAR
1. En clase, comenten su respuesta a la pregunta al final del estudio del día lunes acerca de esta problemática: Los cristianos ¿nunca deben ponerse en pie para defender sus derechos? Al hacerlo, consideren esta pregunta, también: ¿Cuáles son exactamente nuestros derechos?
2. ¿Qué ejemplos existen en los que el impacto de los cristianos en la sociedad ha sido una fuerza poderosa para cambiar esa sociedad para bien? ¿Qué lecciones podemos obtener de estos ejemplos?
3. ¿Qué ejemplos existen en los que los cristianos, en vez de ayudar a cambiar los males de la sociedad, accedieron a esos males y aun ayudaron a justificarlos? ¿Qué lecciones podemos obtener de estas historias, también?
4. Primera de Pedro 2:17 dice: “Honrad al rey”. El “rey”, en ese tiempo, probablemente era el emperador Nerón, uno de los más viles y corruptos de los que ya habían sido un linaje de hombres corruptos y viles. ¿Qué mensaje tiene esto para nosotros hoy? ¿De qué manera lo que Pedro escribió al principio de ese texto (“honrad a todos”) nos ayuda a entender mejor lo que estaba diciendo?
5. Lee 1 Pedro 2:21 al 25 en la clase. ¿De qué manera está encapsulado el mensaje del evangelio en estos versículos? ¿Qué esperanza nos ofrecen? ¿Qué nos llaman a hacer? ¿Cuán bien seguimos lo que se nos ha dicho que hagamos aquí?

PARA ESTUDIAR Y MEDITAR: Lee “El llamamiento a orillas del mar” y “Una noche sobre el lago”, El Deseado de todas las gentes, pp. 211-216; 340-346.
A causa del temprano reconocimiento de su propia pecaminosidad, su declaración audaz de que Jesús era “el Cristo, el Hijo del Dios viviente” (Mat. 16:16), la terrible negación de su Señor, e incluso sus triunfos y errores como un líder en la
iglesia, Pedro ciertamente fue un jugador clave. Así, bajo la inspiración inmaculada del Espíritu Santo, pudo escribir lo que escribió, no solamente por conocimiento teórico, sino también por su experiencia práctica. Conocía no solamente la gracia salvadora de Cristo, sino también su gracia transformadora: “Antes de su estrepitosa caída, era siempre exagerado y dictatorial, y hablaba en forma imprudente e impulsiva. Estaba siempre listo para corregir a los demás y expresar su parecer antes de comprenderse bien a sí mismo o lo que tenía que decir. Pero Pedro se convirtió, y el Pedro convertido era muy diferente del Pedro irreflexivo e impetuoso.
Aunque mantuvo su antiguo fervor, la gracia de Cristo templaba su celo. En lugar de ser impetuoso, lleno de confianza y de exaltación propia, era calmado, sereno y dócil. Ahora sí podía apacentar tanto a los corderos como a las ovejas de la grey de Cristo” (TI 5:313).

¿Quién de nosotros, hasta cierto punto, no se siente identificado con Pedro?
¿Quién no se ha puesto de pie audazmente por su fe en algún momento? Y ¿quién no ha fracasado miserablemente alguna vez?

PREGUNTAS PARA DIALOGAR:

1. ¿Qué nos dice acerca de la gracia de Dios el hecho de que Pedro, aun después de su negación vergonzosa de Jesús, llegara a jugar un papel tan prominente, no solamente en la iglesia temprana sino también en la fe cristiana misma? (Después de todo, escribió parte del Nuevo Testamento.) ¿Qué lecciones podemos obtener de esta restauración acerca de cómo lidiar con aquellos que, a su propio modo, le han fallado al Señor?
2. En la clase, hablen más acerca de los peligros que puede enfrentar la iglesia por hacer concesiones. ¿De qué modo podemos saber en qué cosas debemos negociar, y en qué otras no debemos transigir bajo ninguna circunstancia? ¿Qué
ejemplos de transigencias encontramos en la historia de la iglesia, que llevaron al desastre? ¿Qué lecciones podemos aprender de estos eventos?
3. Pedro aprendió algunas lecciones por el camino difícil. Al ver sus errores, ¿de qué forma podemos aprender aquellas lecciones

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